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—¡Paul!
El grito hizo que las personas volvieran sus miradas hacia ellos, sin ninguna clase de vergüenza.
Paul rió colocandose los lentes de la chica en los ojos.
—¿Por qué? Me veo increíble.
— ¡Devuélvemelos!
—Habla tu envidia, mujer.—Dijo riendo mientras envolvía su brazo alrededor de su cuello.
—Idiota.
Los murmullos se hicieron más claros, tanto que Paul tuvo que apretar los puños antes de saltar en contra de varios chicos que no sabían mantener la boca cerrada.
Pero no fue hasta que oyó a las amigas de Cassy cuando sintió la bilis en su lengua.
Para su propia lastima, la impronta de Embry, Isa, participaba activamente llamando "zorra" a Cassy.
—¡Pero si es la gran zorra de la preparatoria!—El gritó de Antonella dejó en silencio el pasillo.
A unos pasos los esperaba Jacob, quien sostenía una mirada fría hacia la chica que insultó a su prima.
—Antonella —Dijo entre dientes Cassy.
La chica sonrió, bajo la atenta mirada de todos antes de girarse para irse por el pasillo seguidas de las otras dos chicas.
Embry dió un traspié hasta llegar a su lado, mirando el camino por el que su impronta se había ido.
—Dime que no es cierto.
—Lo siento, bro.—Palmeó su hombro con algo de lastima, Jacob no tardó en llegar a su lado tomándolo por el hombro, conocer la verdadera naturaleza de tu impronta era algo doloroso.
—¿Vamos?—Giró hacia la pelirosa, quien sonrió a medias antes de seguir al chico intentando ignorar los constantes murmullos.
Paul nunca había sentido la necesidad de golpear a una mujer, es más, se había metido en varios problemas para evitar que algún idiota las dañará, pero oír a las chicas murmurar sobre su impronta era casi doloroso, si bien él, tal vez, era en parte culpable, debido a su necesidad constante de compañía femenina, ellas no tenían ningún derecho de señalarla.
Antonella era, sin duda, una de las chicas con las que había follado desde mucho antes de transmutar, era una chica totalmente de la Reserva con un cabello bastante corto y siempre solía vestir como si estuvieran en un verano eterno.
Luego estaba Lisa, una chica lista de grandes ojos negros y labios gruesos, su cuerpo era un impacto y lo sabía, aún así, desde que inicio su amistad con Antonella en séptimo grado empezó a vestirse con grandes chaquetas y ropa holgada. Y, luego de que Paul cortara cualquier relación con Antonella, ella le había escrito innumerables veces para quedar.
