★ Capitulo 10 ★ Tios

Začít od začátku
                                    

Al principio pensó que tal vez era solo su sensación de desconfianza hacia el demonio de la radio, sin embargo sus acciones por más sutiles que fueran,
desconfianza hacia el demonio de la  no pasaron desapercibidas para ella. El problema era que ella no los entendía y no sabía si debía intentar hacerlo o no.

Sus gestos diferían de sus acciones.

Incluso si Charlie se puso una venda en los ojos donde solo podía ver la imagen de Alastor cuidando a su hijo con demasiado amor, las cosas eran diferentes.

Lo habían sido desde que se presentó en el Hotel con el niño en cuestión. Un niño al que no le dio tanta importancia como se suponía.

Y cabe destacar que las cosas siguieron así hasta exactamente esa semana y media.

Alastor no sólo seguía ignorando al pequeño, ahora parecía querer evitarlo a toda costa. Siempre con la excusa de sus deberes como anfitrión del Hotel y sus negocios como señor supremo. Aunque por alguna razón siempre llevaba a Clauneck con él a la hora de dormir, incluso se negó cortésmente cuando uno de ellos se ofreció a dormir con el niño esa noche para que él pudiera encargarse de sus deberes nocturnos.

Era como si la noche sacara a relucir su lado protector.

O bueno, eso fue lo que ella observó.

Y ella no fue realmente la única.

Lucifer también se había mantenido al tanto de las acciones de Alastor en esos días que habían pasado con la diferencia que lejos de causarle curiosidad, lo enojada. ¿Qué clase de padre actuaba de esa manera con un bebé tan precioso como Clauneck?

Además, el pobre bebé siempre estaba haciendo algún ruido para llamar su atención o extendiendo sus cortos brazos hacia Alastor cuando pasaba junto con el con la esperanza de que lo cargara, cosa que nunca sucedió.

Y verdaderamente, le rompió el corazón en un millón de pedazos al ver esa indiferencia que sabía que afectaría emocionalmente al niño a pesar de que tenía la atención de todos los demás las veinticuatro horas del día.

Sin embargo, también hubo algo extraño.

Aunque el demonio evitaba el contacto directo con Clauneck (Excepto las noches en que se lo llevaba), cada vez que lo escuchaba llorar o hacer un ruido particular, sin dudarlo se asomaba por el marco de la puerta de la cocina para comprobar que estaba pasando con él. Y exactamente lo mismo hizo cuando
uno de ellos se hizo cargo de su cuidado.

Lucifer también había notado que antes de salir a una de sus reuniones, observaba al niño durante mucho tiempo antes de decidir abrir la puerta e irse.

Era como si no quisiera vincularse a él pero tampoco quisiera descuidar su existencia.

Fuera lo que fuese, a Lucifer no le importaba.

A pesar de...

Ver en esos momentos la expresión de añoranza en el rostro del pobre Clauneck que tenía sus ojos clavados en la entrada de la cocina donde Alastor estaba preparando la cena, le apretaba el corazón de tal manera de sintió ganas de acudir al maldito bastardo para explicarle cómo era esta crianza la cosa funciono y..

No, no tenía ningún derecho a hacer eso.

Clauneck no era su hijo, por lo que no tuvo que explicarle cómo debía ser criado, pero al mismo tiempo era como si ya lo estuviera haciendo por todo lo que hacía por el infante durante el día y parte del día la
noche.

Pero todavía no era tuyo.

Esperar.

Una sonrisa de reojo se formó en su rostro.

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