Epílogo

10.1K 1.1K 1.4K
                                    

30 años más tarde.


Un apuesto joven de aproximadamente veinticinco años de edad, cabello negro y unos penetrantes ojos verdes, ingresaba con pasos decididos a la Catedral de Southwark. Recordaba haber imaginado aquel lugar, era casi igual de como su padre se lo describía cuando le volvía a contar la misma historia cada vez que él se lo pedía. Él, ahora con edad suficiente, quiso conocer el lugar donde aquella historia de amor, hermosa pero triste, había comenzado.

"¿Puedo ayudarlo en algo, joven?" Una aguda, pero ya vieja y algo ronca voz, lo hizo girar. Era él, estaba casi seguro. Era ese hombre que había enamorado a su padre. El famoso Padre Louis. Pudo ver sus ojos azules, esos que tanto enloquecían a su progenitor. Y el cabello...ya no era castaño, pues estaba cubierto de canas por la edad, pero pudo notar que aún había partes que seguían siendo castañas. No podía creer que eso estaba sucediendo. Él siempre había querido conocerlo, quería saber quién había sido el único hombre de quien su papá había estado enamorado. Sin embargo, no había ido por él, había ido a Londres simplemente a visitar la catedral. Y ahora...ahora tenía la oportunidad de tenerlo frente a sus ojos.

Sintió algo recorrer su cuerpo, como si estuviese conociendo a una celebridad. "Eres el Padre Louis, ¿verdad?" Lo miró con emoción, deseanado que sí fuese él.

Louis frunció el ceño. "El mismo" Le sonrió mientas estrechaban las manos cordialmente. "¿Y tú eres...?"

"Me llamo Larry" Le sonrió de oreja a oreja.

El Padre se acomodó un poco la vestimenta y luego se cruzó de brazos. "Un gusto, Larry" El chico se dio cuenta que el hombre no dejaba de sonreír, recordando así que su padre le había contado que tenía siempre una sonrisa generosa en el rostro. "¿Qué andaba haciendo por aquí?" Se interesó Louis, ya que nunca antes lo había visto.

Al joven se le ocurrió una idea para romper el hielo y hacerlo reír un poco. "Yo vine a confesarme porque le pisé la cola a un gato" Apenas soltó aquello se largó a reír, puesto que le pareció muy gracioso, ya que su padre y él se habían conocido así. Pero...el Padre Louis no lo tomó tan bien, parecía que había visto a un fantasma. Su rostro se había transformado por completo y sus ojos se movían de un lado a otro. Se sentó, o más bien se tiró, a un banco y miró al joven con una expresión seria.

"¿Qué has dicho?" Sus ojos estaban llenos de miedo y confusión. Louis estaba aterrado, no quería estar oyendo cosas.

"Oh, yo...lo siento" El chico se sentó a su lado, preocupado por la reacción del hombre mayor. Luego de haberlo dicho se dio cuenta que había sido una mala idea. "Fue sólo una broma..." Frunció los labios y puso una mano sobre la espalda del Padre.

Negaba con la cabeza. "¿Pero por qué dijiste eso?" Louis estaba pálido.

"Es que, yo..." Larry se puso nervioso y Louis pudo notarlo.

"No importa" Lo interrumpió, moviendo su mano. Louis creyó estar paranoico. "Es que me recordó a alguien, sólo eso" Tragó saliva y trató de dejar de pensar en lo que había comenzado a pensar.

Una sonrisa se formó en el rostro del joven cuando lo oyó decir aquello último. "A mi padre, ¿verdad?"

Louis entrecerró los ojos. "¿Disculpa?" No entendía nada de lo que sucedía.

Larry no sabía si decirle o no, pero ahora ya era tarde, debía hacerlo. Además quería poder hablar con Louis sobre su padre, quería que Louis le contara anécdotas y él también quería contarle cosas a Louis. Así que sólo le quedaba esperar que no le diera un infarto. "Harry Styles era mi padre, él me adoptó"

Louis sintió como si le lanzaran baldes de agua fría y dagas todo al mismo tiempo. No sabía qué hacer ni decir. Estaba congelado. Petrificado y en shock. No podía estar sucediendo eso. Simplemente no podía. ¿Ese jovencito hablaba en serio? ¿Harry era su padre? ¿Su Harry? Lo habían bombardeado tantos recuerdos que sus ojos se llenaron de lágrimas, pero no iba a permitirse llorar delante de aquel chico. Había pasado tanto tiempo desde que había oído decir ese nombre en voz alta. No recordaba lo bien que sonaba. No era que él no pensara en Harry varias veces al día, ni que no rezara por él todas las noches, sin siquiera saber si estaba vivo o en qué parte del mundo se encontraba. Harry ocupaba la mayoría de los pensamientos de Louis la mayor parte del tiempo. Y los años pasaban y Louis nunca se olvidaba de él. Y nunca lo haría. Quizá el dolor había desaparecido, pero jamás los recuerdos.

"Mi padre me hablaba mucho sobre usted" Prosiguió Larry. "Harry volvió a creer. A creer en la vida, en las personas. También en Dios, pero a su manera. Él decía que si había alguien allá arriba, no era como lo decía la Biblia, sino como lo sentía él en su corazón" Louis no pudo evitar sonreír ante lo que escuchaba. "Y fue gracias a usted, Louis" Le sonrió como agradecimiento. Porque Larry sabía, Larry sabía lo mucho que ese hombre había ayudado a su padre.

Louis no podía articular ni una palabra, así que esperó unos segundos hasta que sintió que podía hablar, y Larry le daba su espacio porque intentaba imaginar cómo se sentía: "Y él... ¿cómo...cómo está?" Hizo aquella pregunta con la esperanza de que le respondiera con un 'bien', 'luchando, como siempre', pero jamás, jamás esperó la respuesta que obtuvo, o la que no obtuvo. Él joven bajó su vista hacia sus pies y tragó saliva sonoramente. Volvió a levantar la mirada hacia Louis sólo para abrir la boca y volver a bajar la mirada. Louis no necesitaba respuesta a su pregunta, así que le evitó a Larry tener que decir palabras que él no podría soportar. "Háblame de él" Soltó un Louis destrozado con la voz quebrada. No iba a llorar, al menos no ahora.

Larry tenía una mirada confundida, no pudiendo creer que Louis le hubiera cambiado de tema tan rápido. "¿Qué?" El chico lo miró entrecerrando sus ojos.

"Quiero saber todo sobre tu padre, todo aquello que no sé" El corazón de Louis se aceleraba y lágrimas amenazaban con salir. Y Louis sabía que iba a llorar una vez quedara solo en su habitación. "Cada detalle de su vida, hasta el último día" Y parecía que ambos estaban rotos por dentro y con una pena que nunca los dejaría, pero también se notaba lo fuertes que la vida los había hecho.

Larry asintió, al mismo tiempo que limpiaba una lágrima que caía por su mejilla. Luego de inhalar y exhalar, le propuso sonriente: "¿Quiere venir a almorzar? Estoy alquilando una casa aquí por un tiempo, no queda muy lejos. Puedo preparar una receta que él me enseñó, es muy delicioso" Louis bajó la cabeza por segundo y luego recuperó la compostura.

El Padre sonrió ladino, pensando que seguramente sería el famoso pollo que Harry le había enseñado a cocinar una vez. Y tal vez le contaría eso al chico mientras preparaba el almuerzo. "Sería un placer, Larry" Tal vez ese día no sería para lamentarse, sino para recordar los buenos momentos y sonreír porque sucedieron.

Y ambos hombres se sonrieron antes de salir de la Iglesia. Porque se entendían. Los dos habían perdido a la persona que más amaban en el mundo.

"Y es justo en ese momento cuando te das cuenta que las cosas ocurren sólo una vez.

Y por mucho que te esfuerces ya nunca volverás a sentir lo mismo.

Ya nunca tendrás la sensación de estar a 3 metros sobre el cielo..."

"Perdóneme, Padre. He Pecado" (Larry Stylinson)Onde as histórias ganham vida. Descobre agora