Capítulo 5

15K 1.5K 2.5K
                                    

Siempre fui de caer rápido por las personas. Me refiero a que me apegaba enseguida, alguien me hablaba y yo ya creía que esa persona me quería a su lado. Siempre le eché la culpa a la falta de cariño de mi padre hacia mi. Siempre pensé que al uno de mis padres odiarme, buscaba ese amor en otras personas. Sea cual sea la razón, siempre estaba necesitado de algo o alguien, todo me parecía insuficiente. El vacío que sentía la mayor parte del tiempo y que trataba de llenar con sexo, nunca era suficiente.

Muchas veces creí que luego de tener sexo con ciertas personas estas se quedarían a pasar la noche, un rubio una vez lo hizo, pero al día siguiente se había ido sin dejar nada atrás.

Nunca nadie que no fuera mi madre me quiso por lo que era. Y cuando ella murió, ya no me quedaba nada. Si antes era la mitad de una persona, ahora sólo era un ente que vivía porque su corazón aún latía.

Y cuando después de unos meses que parecieron eternos, alguien mostró interés en mi, preocupación, mi pobre y tonto corazón reaccionó como cualquier persona necesitada de amor lo haría: latiendo más fuerte.

Louis era un sacerdote, sí. Louis sólo estaba haciendo su trabajo, sí.

Pero si él amaba a Dios, ¿era posible que amara a alguien más? ¿Sería posible que algún día...llegara a sentir algo más por mi que no fuera lástima?

(...)

Ese día pasó demasiado rápido y la noche volvió a llegar una vez más. No había visto a Louis en todo el día, pero él antes de irse me había dicho que me cuidara y que me sintiera como en casa. Así que, bueno, comí casi todo lo que tenían en el refrigerador las monjas. Esa noche, por alguna extraña razón, pude dormir apenas apoyé la cabeza en la almohada.

A la mañana siguiente, me desperté y corrí hacia el comedor, listo para desayunar lo que se me diera la gana, no esas cosas saludables que Louis... "Oh, Padre, hola..." Louis estaba sentado en la mesa desayunando. Se giró hacia mi mientras se limpiaba la comisura de sus labios con una servilleta.

Me sonrió. "Buenos días, Harry" Hizo una seña con su cabeza para que me acercara. "Ven, siéntate" Me senté a su lado y vi cómo me acercaba otra vez esa mermelada asquerosa y tostadas con saber a caca.

"No, gracias" Moví mis manos en seña de que no quería. "No tengo hambre" Moría de hambre pero no de esa mierda, así que apenas se fuera de allí iría a un supermercado a comprar Oreos.

Louis alzó las cejas en desaprobación y luego me habló con la boca llena: "El desayuno-" Lo interrumpí al saber lo que iba a decirme y recordar como mi mamá siempre lo repetía cada mañana.

"Es la comida más importante del día" Terminé su frase y él soltó una risita. "Lo sé, pero hoy no tengo hambre" El Padre me miró y me sonrió, dejándolo pasar y siguió desayunando. Me gustaba que me quisiera cuidar al igual que lo hacía mi madre. Pero él tenía casi mi misma edad, no lo podía ver como un padre o un tío, yo...simplemente no podía. "Oye, Louis... ¿Cuándo...cuándo empezamos con lo del misionero y eso?"

Louis frunció el entrecejo e hizo una mueca. "¿Misionero?" Me preguntó absolutamente perdido mientras masticaba. Y el hecho de que pasara la lengua por los labios para comer las migas de la tostada que no entraban a su boca no me ayudaba en nada a dejar de pensar en él en la forma en que lo hacía.

Qué estúpido me sentí en ese momento. Cuando Louis me dijo que podía acompañarlo a hacer misiones, lo primero que pesé fue en esa posición sexual y ahora había abierto la boca como el gran imbécil que era y...yo sólo esperaba que él no se hubiera dado cuenta. "Eh, lo...lo de las misiones, ya sabes. Eso que me habías dicho..." Y cuando yo comenzaba a mover las manos, haciendo señas para explicar lo que mis palabras no podían, era porque los nervios me habían vencido.

"Perdóneme, Padre. He Pecado" (Larry Stylinson)Where stories live. Discover now