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De vuelta a la oficina después de unos días de todo lo que había ocurrido con su padre, Luisita se sentía más perdida todavía de lo que había estado esos días porque su vida estaba toda al revés, se había sentido engañada por la mujer que amaba, se casó con un hombre el cual no amaba sólo por olvidar a la persona que una vez le hizo daño y su familia se estaba destrozando, ya no era la misma familia que había sido siempre, alegre, reconocida, de buen prestigio y a la que todo el mundo adoraba, desde el robo de la subasta todo el mundo hablaba de ella, las noticias en los periódicos, el no llevar a cabo una empresa de buenos empresarios o algún que otro fraude y eso a la rubia le estaba carcomiendo por dentro.

- ¿Por qué todo tuvo que seguir así Mateo? - La rubia le preguntaba a su amigo mientras iban en el coche camino al trabajo.

- La verdad Luisita es que llevas unos meses en los que tu vida ha dado un giro de 360 grados, el conocer a Amelia, enamorarte de ella, pasarte lo que pasó, el embarazo..., la muerte de tu papá..., parece una película de drama. - El abogado quiso quitarle un poquito de hierro al asunto porque quería animar a su amiga para que no se sintiera tan mal.

- Si las cosas hubieran sido distintas y Amelia no me hubiera engañado, todavía seguiríamos juntas, estaríamos contentas por este bebé que viene en camino y viviendo nuestro amor. - A Luisita empezaron a salirle las primeras lágrimas al recordar todo aquello.

- Ya no le des más vueltas, no tiene sentido, Amelia está muerta y tú tienes que intentar rehacer tu vida. - Su amigo le aconsejaba para que dejara de sufrir.

- ¿Y cómo le hago Mateo si todo lo que veo me recuerda a ella, si cada vez que salgo a la calle creo que me está siguiendo y está buscándome, si cada vez que cierro los ojos recuerdo los suyos mirándome con amor? ¿Cómo lo hago, eh, dime? - La abogada intentaba desahogarse sacando todo lo que llevaba dentro.

- Luisita, todo eso no es bueno para ti te estás alterando, ¿Quieres que conduzca yo?

- No, no, estoy bien, ya casi estamos llegando.

Mientras que seguía hablando con su amigo en el coche al girar la cabeza y ver en la pared un dibujo que realmente la sorprendió, abrió los ojos abruptamente quedándose de piedra leyendo el mensaje que ahí se encontraba.

Mientras que seguía hablando con su amigo en el coche al girar la cabeza y ver en la pared un dibujo que realmente la sorprendió, abrió los ojos abruptamente quedándose de piedra leyendo el mensaje que ahí se encontraba

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En ese mismo momento paró el coche y se bajó hacia la pared que estaba el graffiti sin poderse creer lo que el mensaje decía.

- ¿Luisita dónde vas? - Le gritó Mateo que iba detrás de ella para saber lo que pasaba.

- Mateo ese graffiti es para mí..., ¡Es para mí! - Le contestó al abogado dejándolo parado en el sitio creyendo que se había vuelto loca.

- ¿De qué estás hablando Luisita?

- Ese graffiti y el mensaje son para mí.

- ¿Pero cómo van a ser para ti?

- Mateo el dibujo de una pulsera y el mensaje "¿Por qué dejaste de creer?" Tienen que ver conmigo, Amelia me regaló una pulsera cuando estábamos juntas y significó mucho para mí.

Lo que en ti veoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora