Lo que en ti veo

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Al día siguiente Amelia iba en su bicicleta en busca del bufete de la abogada Luisa Gómez y Mateo Ordóñez.
Mientras en el mismo sitio Luisita, como la llamaban todos en su entorno más cercano, discutía con su socio para que aceptara que trabajase Amelia.

  - Vamos a ver Luisita, ¿Tú te has vuelto loca?

  - ¿Pero por qué Mateo si todo el mundo tiene derecho a una segunda oportunidad?

  - Es peligrosa, ex convicta y va aprovechar cualquier excusa para acercarse a ti y robarte. - Luisita se quedó pensativa.

  - ¡Que no Mateo! Amelia es distinta a los demás, me lo ha demostrado todo este tiempo que he estado defendiéndola.

  - Piensa  lo que quieras Luisita pero  a la primera de cambio vas a caer como todos.

  - Yo no lo veo así, además somos jefa y empleada.

  - Ya me dirás cuando la tengas de frente.

  - Eso no va a pasar Mateo. - Dijo Luisita dudando un poco.

Al rato en recepción llegaba Amelia preguntando por la Licenciada Gómez.

  - Buenos días, buscaba a la Licenciada Gómez y venía por el puesto de mensajera.

  - Un momento por favor. - Contestó Nieves, la secretaria del bufete.
Amelia se apartó un momento para esperar el recibimiento.

  - Señorita Gómez, aquí alguien la busca. ¿Su nombre por favor?

  - Amelia Ledesma.

  - La señorita Ledesma.

  - Hazla pasar Nieves. - Contestó al otro lado Luisita.

  - Buenos días abogada.

  - Buenos días Amelia, mira éste es Mateo Ordóñez, mi mejor amigo y socio del bufete.

  - Buenos días señor Ordóñez, un placer. - Mateo la miró desconfiado y un poco distante.

  - Buenos días señorita Ledesma. - Estiró su mano casi sin querer tocarla.

  - Y bien Amelia ésta es mi oficina la cual trabajamos todos los días con muchos papeles que hay que llevar al juzgado. Necesitamos una chica responsable, eficiente y ordenada para llevar a cabo este trabajo.

  - ¿Te atreves a ocupar este puesto?

  - A sus órdenes me pongo desde este mismo momento Licenciada. - Luisita asintió con una sonrisa de orgullo y satisfacción.

  - ¡Pues a trabajar se ha dicho!