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Mientras que la abogada estaba haciéndose las pruebas de embarazo, en la casa de los padres de Luisita se encontraba Sebastián con Marcelino hablándole de las ultimas novedades en la empresa y lo que quería en un futuro para cuando él faltara.

- Sebastián hijo, sé que siempre has estado cerca de la familia y has querido a ésta empresa como si fuera tuya propia pero a mí me queda poco tiempo de vida y quiero dejarlo todo bajo control. - Le informó Marcelino a su yerno preocupado por lo que pudiera pasar en un futuro.

- Me parece perfecto Marcelino, sabes que puedes contar conmigo siempre que quieras.

- Sí, lo sé, quiero que estés cerca de María ayudándole con todo lo de la empresa cuando yo falte y la nombre presidenta de la corporación. - Le dijo sus intenciones dejando a tuSebastián con la cara desencajada.

- Marcelino... ya que has sacado el tema de María, tengo que contarte algo que quizás no sepas. - Contestó el empresario poniendo sobre aviso al mayor.

- ¿Qué pasa con María? - Preguntó Marcelino preocupado.

- Hace un mes más o menos... María tuvo un accidente de coche... - Explicaba despacio y falsamente afectado.

- ¿Un accidente de coche?¿Cuándo? - Quería saber Marcelino.

- El caso es que... cuando la policía le hizo las pruebas... dió positivo y estaba bajo los efectos del alcohol y drogas. - Lo dijo despacio para que Marcelino pudiera asimilar todo lo que le estaba diciendo.

- ¿De qué estás hablando Sebastián? Mi hija nunca ha consumido drogas.

- Lamento decirte esto pero esa noche la pasó en el calabozo. - Sebastián le decía fingiendo que le afectaba, lo que no sabía Marcelino es que estaba disfrutando darle la noticia.

- Tengo que hablar con María, esto no puede quedarse así... Y yo que creía que era la persona indicada para dejar encargada de las empresas... - Terminó de hablar Marcelino visiblemente afectado sentándose en el sofá llevándose una mano al pecho de la impresión.

- Tranquilo, ya hablarás con ella y ahora descansa. - Le dió un falso abrazo para despedirse y marcharse del lugar.

- Sí hijo, gracias, me hace falta. - Contestó levantándose para irse a su dormitorio.

Mientras a espaldas de Marcelino, Sebastián tenía una sonrisa victoriosa porque dentro de sus planes estaba la idea de sacar de su camino a María y ocupar él el lugar que tanto quería en las empresas Gómez.

- Jamás pienses que me vas a quitar mi puesto, viejo baboso... No he estado esperando 24 años de mi vida aguantando que no fuera el elegido por tí. - Decía Sebastián bajito y apretando los dientes con rabia porque no podía permitir que le arrebataran el puesto de hacerse el presidente de las empresas Gómez.

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- Luisita, ¿Qué creías qué? - Preguntaba Mateo alterado y con un manojo de nervios encima.

- Es positivo Mateo, estoy embarazada. - Dijo Luisita en un hilo de voz.

- Ay Dios...

- Habría sido tan feliz en otro momento... - Luisita hablaba temblándole el labio sacando las primeras lágrimas.

- Luisi, ¿Sabes que cuentas conmigo, verdad? - Le apoyaba su amigo como siempre cada vez que lo necesitaba.

- ¿Puedes venirte aquí conmigo, por favor? - Le preguntaba llorando como una niña asustada.

- Espérame ahí. - El abogado le contestó sin dudar.

Cuando colgó la llamada con su amigo, Luisita miró de nuevo el predictor para asegurarse que era verdad y con rabia lo tiró a la basura para al rato hacerse otra prueba que le confirmaría lo mismo, que estaba embarazada.

Lo que en ti veoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora