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A pesar de los meses que llevaban conociéndose y llevando un tiempo juntos en su relación de pareja, el detective Ignacio Solano cada vez estaba más pendiente de la investigación en el robo de la subasta y de encontrar a los verdaderos culpables de la muerte de su padre, tanto era así que no se estaba dando cuenta que la convivencia con María y la rutina del día a día cada vez era menos y que estaba afectando al comportamiento de su novia.

  - Hola Nacho, ¿Estás ocupado? Te llamaba para saber si salíamos a cenar ésta noche. - Preguntó María cuando su novio le contestó al otro lado del teléfono.

  - Mi amor qué gusto oírte porque ya te echaba de menos. - Respondió el detective con una sonrisa al escucharla. - Estamos todos aquí reunidos trabajando en la investigación del robo de la banda que asaltaron la subasta benéfica de tus papás.

  - Nacho desde que me vine a vivir contigo no hemos compartido casi nada de tiempo juntos y estoy harta de estar sola en la casa. - Respondió María cansada de la soledad en que se encontraba.

  - Ya lo sé mi amor pero es que este caso me tiene muy atosigado y casi no tenemos tiempo de salir a comer.

  - Dime por lo menos que puedes escaparte cinco minutos para darte un beso. - Contestaba la castaña con ilusión.

- Voy a intentar dejar listos los últimos documentos de la investigación que llegaron hoy y me escapé un ratito a casa para darte todos los besos que durante el día no te di. - Le respondió de vuelta el detective.

  - Eso está mejor. - Contestó María con  alegría.

En ese momento entraba el capitán para informarles que habían encontrado a un sospechoso.

  - Muchachos hay novedades. - Informó dejando a todos en completo silencio.

  - Díganos capitán. - Respondió Ignacio con nerviosismo.

  - Tenemos un sospechoso importante que acabamos de atrapar y que puede ayudarnos con la investigación.

  - ¿Pero cómo así? - Preguntó Calatrava, uno de los detectives infiltrados.

  - Teníamos varias pistas de la banda, la edad de los chicos, la zona por la que se movían casi siempre era la misma y una imagen importante que vimos en las cámaras de seguridad de la furgoneta robada, ¿se acuerdan? - Preguntaba el capitán mirándolos a todos.

  - Pues bien, dadas las circunstancias y aún tengo que averiguar por qué, tenemos en la sala a una mujer que dice declararse culpable siendo cómplice en algunos de esos robos.

Todos los detectives se quedaron a cuadros cuando escucharon dicha información de la boca del capitán.

  - ¿Cómo puede ser posible si por la investigación que hicimos, son más de uno? - Preguntó Juan Capote.

  - Yo creo que la están amenazando para que declare y haga caer al líder de la banda. - Rompió el silencio Nacho después de procesar la información.

  - Sólo tenemos que escuchar su declaración y atar los cabos para que sea más fácil atrapar a todos los de la banda.

  - Esperemos que cada vez nos quede menos capitán porque yo quiero ponerle cara al culpable de la muerte de mi padre.

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De camino al bufete y con una sonrisa en la cara se encontraba Luisita hablando con Mateo en su coche contándole todo lo ocurrido el día anterior con su padre y la conversación que tuvieron respecto a sus sentimientos con Amelia.

  - ¿Puedes creertelo Mateo? Mi padre no quería ni verme, no aceptaba mi relación con Amelia y ahora dice que sólo le importa mi felicidad, ¿No te parece raro? - Preguntaba Luisita dudando del comportamiento de su padre.

Lo que en ti veoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora