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Dada las complicaciones en las últimas investigaciones de la banda a la que estaban persiguiendo Ignacio Solano, el famoso detective que estaba como principal jefe del caso de la subasta por tener dicho interés en aclarar la muerte de su padre también policía, no pudo cumplir su promesa de escaparse un rato a la casa para darle mayor atención a su novia María, la cual cada vez estaba más harta de la situación y por ello viendo que Nacho no llegaba, llamó a su compañero de trabajo y amigo en las noches locas, Mauricio el cual tenía especial atracción por la chica.

  - Hola, ¿Tienes que hacer algo esta noche? - Preguntó María sin dejar responder al chico al otro lado del teléfono.

  - Hola baby, no tenía planes hasta ahora que me llamaste tú.

  - ¿Tienes algo de provisiones? - Quiso saber la castaña.

  - Sabes que para tí siempre tengo.

  - Pues dame un ratito que me vista y te veo donde siempre.

  - Aquí te espero preciosa.

Mientras tanto el detective que se encontraba en la estación de policía se preparaba para tomar la declaración del último sospechoso que encontraron del cual creyeron que eran uno de los componentes de la banda y de lo que nunca imaginaron que fuera una mujer increíblemente hábil para la poca edad que tenía.

  - Vamos por partes porque no tengo toda la tarde para estar aquí contigo. - Habló Nacho al entrar a la sala y sentarse delante de la mujer.

  - Nombre: Josefa Guillén, Pepita para las amigas, edad 23 años, no tiene estudios, trabajó hace años de cocinera y todos la conocen por "La Tuerta".

  - Esa parece que soy yo y sí me llaman La Tuerta porque cuando trabajé de cocinera me salpicó aceite en el ojo y lo perdí. - Explicaba la ladrona al detective.

  - Dudo mucho que usted trabajara en algún momento. - Respondió con desconfianza Ignacio.

  - Hay que ganarse el pan de cada día de cualquier forma.

  - ¿Robando? - Preguntó el detective sin apartarle la mirada y desafiándola.

  - ¿Cómo sabe qué fue robando? yo no hice nada.

  - Sabemos que perteneces a una banda que ha sido buscada durante bastante tiempo y llevado a cabo varios robos.

  - Yo no sé nada porque ni siquiera los conozco, sólo recibo órdenes de una líder.

  - ¿De qué estás hablando? - Preguntó Nacho para sacar más información.

  - Estoy hablando de La Diabla, la líder de la banda y la que organiza todos los robos.

Nacho en ese momento no se creía que la sospechosa fuera tan directa de culpar a una de sus compinches de cada robo pero ahí estaba confesando y era otra pista más en la investigación.

  - ¿Qué más sabes de ella? - Seguía preguntando el detective.

  - Sólo sé que se llama Amelia Ledesma y tiene 24 años, lo demás no tengo idea. - La ladrona daba alguna información pero sin muchos detalles que sólo guardaba para ella.

  - ¿Estás segura de lo que estás diciendo? - El detective no podía creerse esa afirmación.

  - No sé, eso me dijeron que diga y yo cumplo órdenes.

  - Ya está bien por hoy, retírate.

La Tuerta se levantó del lugar para irse a los calabozos de la mano del detective Juan Capote que en ese mismo momento le puso las esposas y la acompañó hasta allí.
Al mismo tiempo en la sala de confesiones entraban los detectives infiltrados para enterarse de dicha información que Nacho había descubierto y así pasarle las últimas noticias a El Hierro.

Lo que en ti veoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora