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Desde mi perspectiva, contar la historia de cómo conocí a Enzo y cómo nuestra conexión se tejió entre flashes y sonrisas es como revivir un sueño vibrante y emocionante.
Todo comenzó cuando recibí la emocionante noticia de que tendría la oportunidad de fotografiar a Enzo, el actor del momento, para una sesión de fotos patrocinada por la reconocida marca de moda Loewe. Mis manos temblaban de emoción mientras revisaba mi equipo una y otra vez, asegurándome de que estuviera perfectamente preparado para capturar cada instante de aquel encuentro tan esperado.
El día de la sesión llegó con una mezcla de nerviosismo y entusiasmo que me hacía sentir como si mi corazón estuviera a punto de salir disparado de mi pecho. Enzo entró a la habitación con una presencia magnética que iluminaba la habitación al instante. Su carisma llenaba el espacio, y su sonrisa era tan brillante como las luces que iluminaban mi cámara.
Desde el momento en que nos presentaron, sentí una corriente eléctrica recorrer mi cuerpo. Su mirada intensa y su manera encantadora de hablar me dejaron sin aliento, y no pude evitar sonrojarme cuando sus ojos se encontraron con los míos. Parecía notar mi nerviosismo, pero en lugar de intimidarme, Enzo parecía decidido a hacer que me sintiera cómoda a su lado.
A medida que avanzaba la sesión, la conexión entre nosotros se hizo evidente. Cada clic de mi cámara parecía capturar un momento mágico entre nosotros, y su profesionalismo frente a la lente solo era igualado por su amabilidad y su sentido del humor.
Incluso mientras ajustaba los ajustes de la cámara para la próxima toma, Enzo se acercó a mí con una sonrisa pícara que iluminaba su rostro. Sus ojos centelleaban con un brillo travieso mientras observaba el equipo fotográfico disperso por el estudio.
― ¿Te gusta lo que haces? ― preguntó Enzo, con un toque de complicidad en su voz que hizo que mi corazón diera un vuelco.
Asentí con entusiasmo, tratando de contener la emoción que burbujeaba dentro de mí.― Sí, me encanta. Capturar momentos y emociones a través de la lente es mi pasión ― respondí, intentando sonar segura a pesar de los nervios que me invadían.
Enzo asintió con admiración, su mirada fija en la mía. ― Debe ser emocionante tener el poder de detener el tiempo con solo presionar un botón ― comentó, con una sonrisa juguetona que me hizo sonrojar.
― Es algo así ― respondí, luchando por mantener la compostura mientras su mirada intensa me envolvía.
La conversación fluyó entre nosotros con una facilidad que me sorprendió.Cada palabra que intercambiamos parecía tejer un vínculo invisible entre nosotros, un lazo que trascendía el fugaz encuentro que estábamos compartiendo.
A medida que la sesión continuaba, los coqueteos de Enzo se volvían más evidentes. Sus comentarios sugerentes y sus miradas cargadas de complicidad hicieron que mi corazón latiera con fuerza en mi pecho. Era como si estuviéramos bailando en una delgada línea entre la profesionalidad y la atracción, y yo me encontraba cada vez más seducida por su encanto.
― ¿Sabes? Nunca había conocido a una fotógrafa tan encantadora como tú ― murmuró Enzo, con una sonrisa traviesa jugando en sus labios.
Mis mejillas ardían ante su halago, y luché por encontrar las palabras adecuadas para responder. ― Gracias, Enzo. Tú también eres muy amable ― dije, con la voz ligeramente entrecortada por la emoción.
Cuando finalmente llegó el momento de despedirnos, una sensación de melancolía se apoderó de mí. Sabía que aquel encuentro era solo el principio de nuestra historia, un capítulo fugaz en el libro de nuestras vidas que aún estaba por escribirse.
― Ha sido un placer trabajar contigo, Mónica ― dijo Enzo con una sonrisa suave mientras se preparaba para partir, su mirada aún cargada de complicidad.
― El placer ha sido todo mío ― respondí, con la esperanza de que nuestras vidas se cruzaran de nuevo en algún momento, mientras sentía que el calor de su presencia aún perduraba en el aire que nos rodeaba.
Aunque sabía que nuestra conexión era fugaz y que nuestras vidas estaban destinadas a seguir caminos separados, guardé cada momento que compartimos en mi corazón como un tesoro preciado.
