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Hoy me siento nerviosa. Más de lo normal, debo admitirlo. La tensión flota en el aire entre Juani y yo, y no puedo evitar que mi corazón lata un poco más rápido cada vez que nuestras miradas se cruzan. ¿Cómo es posible que algo tan sencillo como sentir mariposas en el estómago se convierta en un complicado entramado de emociones cuando estás involucrada en el mundo del cine?
Todo comenzó de manera inocente. Bueno, tal vez no tan inocente. Juani es un miembro valioso del equipo de filmación, y yo soy la hija del director de la película, Jota Bayona. Desde que empezamos a trabajar juntos en este proyecto, algo en su mirada me decía que había algo más que la simple amistad entre nosotros.
Fue Blas, uno de los chicos del cast, quien dio el primer paso. Un día después de un largo día de filiación el y Santi me condujeron a un rincón apartado del set, donde me revelaron el secreto que tanto Juani como ellos habían estado guardando.
― Tenemos algo que decirte Hanna y me temo que te puede interesar ― dijo Blas, con una sonrisa que sugería que algo estaba a punto de suceder.
Intrigada, asentí con la cabeza y los seguí mientras se alejaban del bullicio del set hacia un rincón más tranquilo.
―¿Qué pasa, chicos? ¿Por qué esa mirada misteriosa? ― pregunté, tratando de ocultar mi creciente curiosidad detrás de una sonrisa juguetona.
Santi tomó la palabra, con una expresión de complicidad que me hizo sospechar que estaban a punto de revelar algún secreto.
―Bueno, Hanna, ¿alguna vez te has preguntado por qué Juani te mira de esa manera tan intensa? ― preguntó Santi, con una ceja arqueada en un gesto cómplice.
Me quedé perpleja por un momento, tratando de procesar la pregunta detrás de la sonrisa traviesa de Santi. ¿Qué tenía que ver Juani en la conversación?
Blas intervino antes de que pudiera formular una respuesta. ―Dale, Hanna, no te hagas la inocente. Todos hemos notado cómo Juani te sigue con la mirada cuando piensa que nadie lo está viendo
Mi corazón dio un vuelco ante sus palabras, y una mezcla de sorpresa y nerviosismo se apoderó de mí. ¿Habían notado realmente algo entre Juani y yo? ¿Y qué significaba esa intensidad en sus miradas?
Santi se inclinó un poco más cerca, como si estuviera a punto de compartir el secreto más grande del mundo. ― Lo que pasa es que Juani gusta de ti, Hanna. Estoy seguro de ello. Pero... ― añadió, haciendo una pausa dramática que me mantuvo en vilo.
Pero ¿qué? Mi mente estaba llena de preguntas y expectativas mientras esperaba que Santi terminara su frase.
―Pero tiene miedo de que Jota le haga algo si se entera ― concluyó Blas, completando la revelación con una expresión que mezclaba preocupación y diversión.
Días de nerviosismo y dudas pasaron hasta que finalmente reuní el coraje suficiente para abordar el tema que había estado rondando en mi mente desde que Blas y Santi me revelaron los sentimientos de Juani.
Nos encontrábamos al final de un largo día de grabación. El set estaba tranquilo, los equipos de iluminación se estaban desmontando, los actores y miembros del equipo se dispersaban lentamente.
Me acerqué a Juani con una mezcla de nervios y emoción. Su presencia me hacía sentir cálida y nerviosa al mismo tiempo, como si mi corazón estuviera jugando al escondite con mis emociones.
―Juani ― dije, tratando de sonar casual mientras me acercaba a él. ―¿Podemos hablar un momento?
Él asintió con una sonrisa amable, y mi corazón dio un vuelco en mi pecho mientras nos alejábamos del bullicio del set hacia un rincón más tranquilo.
Una vez que estuvimos lo suficientemente apartados, me tomé un momento para organizar mis pensamientos antes de hablar. Sabía que tenía que ser directa, pero también quería asegurarme de no asustarlo.
― Juani, hay algo que quiero decirte ― comencé, sintiendo cómo las palabras se agolpaban en mi garganta. ―He estado pensando mucho en nosotros últimamente, y... bueno, me gustaría saber si estarías interesado en... en salir conmigo
Mi voz temblaba un poco al pronunciar esas palabras, y por un momento, el silencio que nos rodeaba pareció llenar el espacio entre nosotros con una tensión palpable.
Juani me miró fijamente, sus ojos azules brillando con una mezcla de sorpresa y algo más difícil de descifrar. Podía sentir el latido eufórico de mi corazón mientras esperaba su respuesta, preguntándome cuál sería su reacción.
Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, una sonrisa suave se extendió por el rostro de Juani. Sus ojos se iluminaron con una chispa de emoción mientras asentía lentamente.
―Me encantaría salir contigo, Hanna ― dijo, su voz suave y llena de calidez. ―No sabes cuánto tiempo he esperado a que me lo pidieras
Un suspiro de alivio escapó de mis labios mientras absorbía sus palabras. La sensación de haberme quitado un peso de encima era abrumadora, y una sonrisa tímida se extendió por mi rostro mientras nos quedamos allí, perdidos en el momento.
Y así, con unas simples palabras, comenzó nuestra pequeña aventura juntos. Aunque el futuro era incierto y había obstáculos por delante, por un breve instante, todo lo que importaba era la conexión especial que compartimos y la promesa de lo que podría venir después.
