XXI

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21/05/1982
[11:45 a.m.]

Sabía que debía levantarme y alistarme para ir a buscar a Beatrice, ya que en quince minutos salía de su colegio.
   Pero aún sentía sueño y lo único que quería hacer era dormir y solamente dormir. Nos habíamos quedado con Michael hasta ver el amanecer. Y cuando fueron las seis y cuarto, más o menos, volvimos apurados.
   Aún recordaba su sonrisa boba luego del beso.
   Y eso me hacía sonreír a cada segundo.
    El deber me llamaba, me senté en mi cama y bostecé. Mi madre venía en quince minutos, también. Pensé en llamarla por el teléfono y preguntarle si ella le podía ir a buscar a Beatrice... podía hacer eso.
   Pero la posibilidad de ver a Michael ir a buscar a sus hermanos menores me hacía querer alistarme.
   Me levanté rápidamente y comencé a quitarme el pijama, para poder ponerme ropa cómoda. Una vez que terminé de ponerme mis zapatillas, salí de mi cuarto y bajé las escaleras rápidamente. Me olvidé de cepillarme los dientes y peinarme, así que entré al baño que había junto al principio de la escalera. Luego de verme algo decente en el espejo, salí. No había desayunado, así que corte un pan por la mitad y le puse mermelada de durazno.
   Busqué la llave mientras comía mi «desayuno», la encontré, salí de mi hogar y trabé la puerta por afuera de mi casa.
   Supuse que podía venir caminando con Michael, y sus hermanos menores podían ir por adelante hablando con mi hermana.
   Comencé a caminar apresuradamente hacia el colegio de mi hermana. Mientras pensaba de más en el castaño.
   Recordé cómo había tomado mi mano cuando comenzamos a ver el sol. Me había repetido que a él le gustaba el amanecer, aunque yo ya lo tenía en cuenta.


Llegué al colegio, y me senté en una de las bancas que tenía afuera de éste. Mientras que —disimuladamente— buscaba a Michael con la mirada.
   No lo encontraba, y era obvio: seguramente vendría dentro de unos minutos. O eso creía.
   Escuché que sonó el timbre adentro del colegio, y las puertas se abrieron. Me levanté para que cuando Beatrice salga me viera. Los alumnos comenzaron a salir de su escuela, los mayores se iban caminando solos o con sus amigos, y los menores buscaban a sus padres hasta que los encontraban y se subían en sus coches.
   Beatrice salió y me buscó con su mirada, hasta que me vio y vino corriendo hacia mí. Le sonreí una vez que se acercó y tomó mi mano.
   —¡Hola! —me dijo, sonriendo de oreja a oreja.
   —¿Cómo te fue? —dije, al parecer, la había dejado un poco confundida.
   Puesto que nunca tenía las suficientes ganas como para preguntarle algunas cosas de sus clases o algo así por el estilo.
   —¡Me fue bien! Hice un nuevo amigo —dijo, mientras comenzábamos a caminar.
   —¿Ah, sí? ¿Y quién es? —pregunté.
   —Se llama Evan.
   —¿Evan? Qué lindo nombre.
   —Sí, pero... es un año mayor que yo, ¿vas a decirlo a mamá? —dijo, preocupada.
   —Tranquila, no se lo diré. Pero no creo que te regañe por eso, Beatrice —dije—. Aparte, tiene nueve años, ¿por qué te preocuparías por eso? No es tanta diferencia.
   —Está en quinto grado: cumple mal. Tiene nueve años: todavía no cumple los diez. Los hace el año que viene —explicó.
   —Ah, entendí —dije.
   Miré por los alrededores, fijándome si por ahí estaba Michael.
   —¡Ah, allí está! Es él —dijo Beatrice, apuntando hacia un niño.
   Miré hacia allí. Era el hermano de Michael. Pero se subía a un coche junto con Elizabeth.
   Supuse que se iba con la madre o con el padre, eso significaba que Michael no había venido...
   Suspiré.
   —De acuerdo, ¿jugaron a la Escondida o qué? —pregunté, mientras mi vista se volvía hacia el camino.
   —Lo encontré llorando en un pasillo al fondo, me preocupé y me fui a ver porqué lo hacía. Primero no me quiso hablar, hasta que me senté junto a él y lo tranquilicé, le dije que no le iba a decir a nadie que él había llorado y que no le iba a hacer daño —dijo—. Sonó el timbre y yo estaba dispuesta a ayudar al niño, así que nos perdimos una clase por eso. Ya que nos quedamos hablando en horas de clases en aquel pasillo. Me dijo que unos niños mayores que él lo habían molestado muy feo, y yo le dije que me dijera quiénes eran, que les iba a decir que no hagan más eso. Luego, en el receso, me apuntó a quiénes eran y yo me acerqué a ellos, uno de ellos me dijo: «¿Qué quieres, niñata?». Me enojé por el apodo y le pataeé muy fuerte en medio de las piernas. Luego les dije que llamaría a la directora si seguían molestando a Evan —sonrió, orgullosa de sí misma—. No dijeron nada y solamente se fueron de allí, mirándome asustados —dijo, mientras ponía una pose heróica—. Y después volví con Evan y él me presento a su peluche llamado: «Fazbear's». Y dijo que tenía otro en su mochila, y era algo así como un pollo. Me lo dió y jugamos a los peluches en un pasillo del patio que hay adentro... Y fin.
   Me adentré tanto en lo que dijo que hasta me lo imaginé completo: a Evan mirando cómo una niña pequeña con mejillas rosadas, ojos inocentes, de estatura baja y cabello casi como honguito pateaba en los genitales a un tipo mucho mayor que ella.
   Me dió gracia.
   —¿Por qué te ríes? —preguntó, frunciendo el ceño.
   —No; nada. Sólo me da gracia que tú, una niña que parece casi una muñeca, le pateara en los genitales a un tipo mucho más alto y mayor —dije.
   —¿Y que tiene? Doy mucho miedo —hizo una expresión maliciosa.
   Me reí un poco más.
   Hablamos sobre las cosas de su escuela, hasta que llegamos a casa.
   —Evolett —me dijo, la miré—. ¿Por qué tienes un pan con mermelada a medias en la otra mano?






Frida_Hoffman °
  
  
  

ՏᏔᎬᎬͲ ՏႮᎷᎷᎬᎡ  ||𝐌𝐢𝐜𝐡𝐚𝐞𝐥 𝐀𝐟𝐭𝐨𝐧||Where stories live. Discover now