Capítulo 19

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La alarma despertó a la joven que apenas si había podido descansar por un par de horas, pero con lo nerviosa que había estado y sus constantes pensamientos no la dejaron dormir. Ese sería su primer día como secretaria de Jeray y no tenía la menor idea de cómo saldría aquello, mas una parte de sí le decía que todo se complicaría mucho más de lo que de por sí ya era.

Pero ¿qué otra opción tenía? No podía negarse o su hermano empezaría a hacerle preguntas referentes a su trabajo y ella nunca podría contarle la verdad y que la viera de una forma diferente. Además, así como Jeray le había asegurado, el dinero que ganaría siendo su secretaria podría ahorrarlo y aquello no era tan mala idea después de todo.

En ese momento no pensaba que debía volver al club, de hecho, era como si el hombre no la hubiera sacado de aquel lugar y su relación fuese una muy diferente.

Por otro lado, quería saber qué había sucedido con la tal Dixie que tanto había nombrado las primeras veces que estuvo con ella, pero Jeray era bastante reservado y no le dijo nada de lo que ella quería saber.

Pese a que una parte de sí le decía que no debía importarle lo que el hombre hiciera con su vida personal, lo cierto era que se preguntaba cada segundo si entre ellos había sucedido algo más y por ello la chica ya no trabajaba más para él.

Sacudió la cabeza con fuerza y dio un salto fuera de la cama. Lo que haya sucedido entre ellos no era asunto suyo y ya no bebía mortificarle más el hecho de que la llamara de otra manera. Prefería que le dijera ángel, ya que en su acento extranjero y en su voz profunda y sensual sonaba demasiado bien.

Aunque se negara a admitirlo, en secreto le gustaba que la llamara así incluso cuando no estaban teniendo sexo.

Se dio un baño refrescante y tuvo tiempo suficiente para elegir la ropa que se pondría. Se decidió por un vestido negro que se adhería a cada curva de su cuerpo y un par de zapatillas blancas. No era chica de usar tacones, así que, teniendo el permiso de su nuevo jefe, prefería mil veces la comodidad que sufrir de algún accidente en horas laborales. Aunque claro, habría una que otra excepción cuando Jeray tuviese alguna reunión o evento importante.

Aquello le parecía una utopía y estaba tan emocionada como nerviosa. Sería su primer trabajo formal y se hacía mil ideas de cómo sería, pero nada era claro.

—Buenos días —saludó a su hermano y él le sonrió.

—Aunque te voy a extrañar muchísimo, entiendo que debas trabajar.

—También te voy a extrañar —le revolvió el cabello y sonrió al escucharlo reír—. Pórtate bien y no le causes tanta fatiga a la Sra. Grace.

—¡Eso jamás! Sabes que no tendrás un sola queja de mí.

—Lo sé —dejó un beso en su frente antes de tomar asiento a su lado y desayunar juntos.

Cuando terminó, salió del edificio y Christian se encargó de llevarla hasta la empresa. El corazón de Avery latía errático y estaba tan nerviosa que sus manos sudaban mientras subía en el ascensor privado de Jeray hasta el último piso, de esa manera no tendría que encontrarse con nadie más.

Tan pronto las puertas del ascensor se abrieron, su mirada se topó con la del hombre que apenas hacía dos noches había visto y la había hecho olvidar hasta de cómo se respiraba.

Oh, estaba en problemas si cada vez que lo veía pensaba en la forma que la besaba y la tocaba.

Se obligó a salir de sus pensamientos y del ascensor antes de que las puertas se volvieran a cerrar y se plantó frente a Jeray, quién le regaló una sonrisa ladeada mientras la contemplaba de pies a cabeza.

Infierno [✓]Where stories live. Discover now