Recogí todo para dirigirme a la cocina y comenzar a preparar la cena para más tarde.

Se escuchó el ruido de las llaves en la puerta y después el "click" que viene al cerrarla.

—¿Cami?

Salí de la cocina con una sonrisa enorme, haciendo que el gesto preocupado de su rostro se desvaneciera.

Me acerqué a besar su labios, inmediatamente correspondió con una sonrisa,

—Te compré algo, cariño— tomo su mano, haciendo que tomara asiento en una de las sillas del comedor.

—Cami, cielo, no tenías por qué.

—Claro que sí, he pasado unos días magníficos contigo, solo quería darte un detalle.

Max sonrío y no se negó más.

Volví a la cocina, tomé el enorme bouquet de flores entre mis manos y volví a la sala.
Max tenía un gesto de confusión en el rostro pero al mismo tiempo sonría.

—Ayer dijiste que no tenías una flor favorita, así que te traje varias para que pudieras escoger una nueva. Un chico tan lindo como tú merece las flores más bonitas de Mónaco.

Un bouquet de rosas, azucenas, lavanda, hortensias, narcisos, peonias, girasoles, ranúnculos y tulipanes.
Había diversidad de colores, emanaba un olor fresco y dulce al mismo tiempo.
Ah y claro, un moño azul para sostenerlas a todas juntas.

—Jamás me habían regalado flores...— sus ojos se achicaron al sonreír, recibiendo el ramo en sus brazos.

Me enfoqué en enmarcar este recuerdo en mi mente, la sonrisa de Max, su vista perdida en cada una de las flores, sus preciosos ojos azules y la manera en que sus pupilas se agrandaron, sus manos recibiendo el ramo y los besos suaves en la mejilla.

—Gracias bonita, realmente me encanta, creo que ésta es mi favorita— su dedo índice señala una de las hortensias azuladas.
—Me parece tengo un florero guardado en el cuarto de invitados— sonreía, y eso me brindaba una felicidad indescriptible.

MAX'S POV:

Caminé a la habitación de invitados, hay un jarrón ahí, pero también necesitaba tomar aire dos segundos.

El miedo de que lo que me haya dicho Christian sea cierto me carcome todos los días.
Sé con claridad que si se llegan a cumplir sus palabras y la carrera de Camille se arruina por mi culpa, me odiaría con cada átomo de mi cuerpo.

Respiré una y otra vez, tratando de buscar el bendito florero, pero ahora mismo mi mente está perdida en otras cosas.
Ni siquiera creo que me haya expresado correctamente cuando Cami me regaló el bouquet de flores.

Había sido uno de los regalos más preciosos y atesorados que me habían dado, pero me parece que mi cuerpo no se había molestado en externarlo de esa manera.

Abrí la puerta de uno de los muebles que están al lado de las estanterías altas, ahí estaba.
Traté de tomarlo pero tenía los manos tan temblorosas que el jarrón se deslizó de mis manos y se hizo mil pedazos en el piso.

El estruendo se escuchó en todo el departamento.
Traté de recoger los pedazos grandes pero eso solo ocasionó que me hiciera un corte en la mano.
Al principio no me dolió pero en el momento que traté de mover los dedos me ardió en sobre manera, con la ayuda de la otra mano traté de detener la hemorragia.
Cam no tardó en aparecer detrás de la puerta.

Anxiety | Max Verstappen Where stories live. Discover now