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—Oh.

—Cuéntame de tu vida. Quién eres en este pueblo.—ella parpadeo seguido ante la pregunta y se removió en la silla largando una corta risa nerviosa mirando la taza. 

—Bueno yo.. sólo soy la nieta del dueño del hotel, la mayoría me conoce por eso pero la verdad que soy alguien bastante reservada. Estudio, estoy casi cerca de lograrlo y...

La conversación fluyó totalmente, una vez que Bae se sentía cómoda hablando, había momentos momento donde no podía parar. Pero para Jimin no importó porque él quería eso. La primera salida no fue más que hablar en ese lugar. Jimin no veía más que una chica joven, inexperta en algunas cosas e inocente, hasta creyó sentir algo de ternura en ella recordando que, él no es alguien de sentir mucho. Pero la belleza que ella tenía lo había cautivado desde el primer día, ella no sabía que la vió pero lo hizo, más no se aparecía en su campo de visión por otros motivos suyos, luego comenzó a frecuentarla y sentir sus nervios cuando estaba cerca o la miraba. 

Su café se terminó, ellos se levantaron, caminaban uno al lado del otro a una distancia, de nuevo ella se sentía extraña.

—Va a llover. 

—¿Que?— Bae miró al cielo viéndolo completamente normal.— El cielo no dice eso, ni siquiera lo escuché de alguien.— conectaron miradas mientras seguían caminando. 

—Tampoco tienes un abrigo. 

Era tan de pocas palabras pero cuidadoso, quizás.. en las siguientes citas él empiece a soltarse más. ¿Habrás siguientes?. Eso pensaba Bae. 

Tal como anunció Jimin, más tarde, el tiempo empezó a cambiar, la temperatura iba bajando y nubes acercarse. Bae no quería hacer notar que comenzaba a tener frío, fracasó. Se sorprendió cuando sintió sobre sus hombros el saco que llevaba puesto antes, con cuidado lo colocó sobre sus hombros, ella mirando el largo que le llevaba, pronto sintió como su mechón de cabello se acomodaba detrás su oreja. Había sido él. Lo miró viéndolo un poco cerca, sus ojos de nuevo, parecían hechizarla. 

—Gracias.— sonrió leve. Al llegar alrededor de las once, entraron juntos y no había rastros del abuelo. Ella se giró a mirarlo quitándose con cuidado el saco para dárselo.— Ten, ah.. muchas gracias por esto. Tenías razón.— al alcanzarle, sus manos hicieron contacto y le sorprendía que aún sin abrigo encima, conservaba sus manos con calor, mientras ella vagamente. Sintió como la miraba y también lo hizo.— Estoy agradecida con la salida. La pasé bien. —dijo sincera.

—Yo debo ser el más agradecido por haberme aceptado, después de que aún.. necesito llegar a más contigo. 

Sabía que hablaba sobre confiar. 

Fue lo último que dijo para verlo caminar por el pasillo a su destinada habitación. 

HOTEL ✓  park.jmWhere stories live. Discover now