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Eran exactamente las once de la mañana en punto y la gente estaba haciendo sus rutinas diarias por el centro de la pequeña ciudad donde estaban la mayoría de los puestos de todo lo que se pueda vender, algunos los tenían sobre la calle, otros en locales. Solamente era para la gente todo lo largo del lugar, no pasaban los pequeños autos de la época.

Bae se encontraba comprando lo necesario pero también lo que podía con el dinero que ganaba en el hotel para de nuevo, darle al hotel. Tenía bolsas llenas en ambas manos y usando un poco sus muñecas, algunos hombres le ofrecían ayuda pero se negaba, ella podía sola y ya le faltaba poco para volver. Terminó de pagar aquellos higos y los guardó en una de las bolsas también, pero su intuición hizo que volteara a sus espaldas viendo a alguien a lo lejos, era él, aquel pelinegro con el que había quedado anoche a solas después de darle el café que pidió.

Le parecía raro verlo a luz natural, siempre lo veía cuando cruzaba por la sala del hotel o simplemente no lo veía ya que salía muy temprano en la mañana. Jimin ni siquiera la vió, iba lejos, caminando entre la gente pero Bae quedó mirándolo porque no podía creer lo que veía y lo que sentía, era inusual, nunca le pasó con ningún chico antes.

Pero Jimin se veía radiante, teniendo su aura diferente a los demás. Incluso podía decir que aquel joven era la persona más atractiva que había visto jamás, se veía tan delicado para ser un hombre más de este mundo. Simplemente el verlo pasar, la dejó sin reacción y sin palabras en su lugar hasta que despertó de aquel sueño que estaba teniendo despierta al sentir que un hombre levantaba lo poco que se le había caído de una de sus bolsas al haberse roto por el peso.— ¡Oh!—se sorprendió.

—Tranquila, la ayudaré con esto.

Bae volvió y corrió a dejar todo para los cocineros, pidió a su abuelo un tiempo para ir a su habitación a ponerse un poco decente, caminar la había agitado un poco haciéndola sudar levemente. Abrió la puerta y la cerró al ingresar, caminó al baño y se mojó la cara con el agua del recipiente que tenía allí, agua de emergencia solía llamarle. Uno nunca sabe. Se miró en el pequeño espejo que tenía su baño y soltó su cabello atado para volver a peinarlo.

Mientras lo hacía no pudo evitar volver a recordar al chico y la manera extraña en la que había reaccionado si cuerpo. Literalmente él, se veía tan magistral en medio de todos. Salió del baño encontrandose con que la puerta de su habitación estaba un poco abierta cuando ella estaba segura que la había cerrado, dentro no había nadie, se acercó a la puerta a ver simplemente un poco antes de cerrarla con total confusión en su interior. Para cuando la puerta hizo aquel ruido de la cerradura, Bae se asustó como nunca luego.

—¡Sorpresa!—escuchó a sus espaldas viendo a su amiga. La cual había visto la última vez, esa noche que le pasó la peor experiencia.

—¡Me asustaste! ¿Dónde estabas?—la vió reír.

—Detrás de tu armario. Tu abuelo me dijo que estabas aquí y te llegué a ver a lo lejos, y entré. No volviste a verme desde esa última noche entonces vine yo, no vas a dejarme botada Bae.—amenazó en broma.— ¿O no querías verme?

Negó acercándose y abrazarla.— Por supuesto que no, estoy feliz de verte. Solo he.. estado ocupada.

—Vine a ayudarte hoy. Pasemos el día juntas.—la amiga siempre cuando tenía días libres ayudaba a Bae con el hotel o con lo que fuera que necesitara una mano y se lo agradecía. Listas las dos, salieron de la habitación cerrando bien la puerta esta vez, con su llave.

—Podríamos limpiar, las mucamas algunas tienen vacaciones. Si no te es molestia claro.—propuso, aceptó, no le molestaba en lo absoluto. Ambas se dividieron pasillos el cual limpiar. Bae estaba limpiando los muebles que habían en los pasillos como sumo adorno como también con algunas cosas necesarias que la gente puede agarrar cuando necesite.

Estaba de rodillas limpiando los estantes de ese mueble, tranquila. Giró un poco su cabeza encontrandose con dos piernas en su vista, subió la vista viéndolo a él y ahí se dió cuenta que estaba cerca de su habitación de hotel, cerca del número 13.


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