Obito sintió como la sangre se le iba a la cabeza y la emoción corría a flor de piel, por lo que sus brazos rodearon firmemente la cintura de Jin mientras correspondía a los besos con la misma efusividad de la mujer, haciendo que ambos se plantaran besos en la cara del otro de forma enamorada mientras una dulce y melosa atmósfera los rodeaba.

Jin se apretó un poco más a Obito y besó sus labios dulce y apasionadamente, sintiéndose ebria por la obvia emoción de Obito ante el hecho de su respuesta afirmativa. El Uchiha correspondió al beso y duplicó la pasión mientras sus ojos brillaban, rápidamente el beso se profundizó y ambos estaban soltando alguno que otro jadeo mientras sus manos recorrían el cuerpo del otro con necesidad.

Por supuesto, Jin no pudo soportar la tentación de pellizcar esos bonitos pectorales que tenía, al que ahora podía llamar con todo orgullo, su hombre. Jin se separó jadeando y miró al Uchiha con ojos brumosos, sus labios ligeramente hinchados y brillantes, pero él no soportó la idea de separarse durante mucho tiempo, por lo que besó su barbilla y mordisqueó sus labios entre abiertos antes de volver a sumergirlos en un apasionado beso.

Le lengua del hombre se deslizó rápida y fácilmente por los labios entreabiertos de la mujer y empezó a acariciar los dientes, encías y paladar de la mujer antes de iniciar una apasionada danza entre sus lenguas. Pequeños jadeos y gemidos entrecortados escapaban de sus labios mientras un sonido ligeramente húmedo y viscoso resonaba en sus oídos.

Obito lentamente empezó a darles vuelta, sus manos acariciando por debajo del adorable pijama de fresas de Jin, sus palmas sobre el abdomen de su amada mientras sus dedos pellizcaban la piel a su alcance, sus piernas entre las de la mujer y su fuerte cuerpo masculino presionando hacia abajo el suave cuerpo femenino de Jin.

—... —Kakashi, que llegó de una misión y escuchó ruidos en la habitación de su hermana, abrió la puerta de la habitación de Jin, solo para encontrarse a su adorable hermanita siendo presionada por su mejor amigo, el cual ni siquiera parecía haberse dado cuenta de su presencia mientras devoraba los labios de su hermanita.

Jin abrió sus ojos ligeramente y, por casualidad, miró hacia la puerta de su habitación solo para congelarse y apretar inconscientemente los pectorales de Obito, el cual gimió ligeramente en el beso a la vez que una de sus manos se deslizaba de su abdomen hacia su espalda y metía su cálida mano debajo de sus pantalones y bragas, apretando firmemente su trasero, pegándola aún más a sus caderas y haciéndola sentir su gruesa madera maciza.

Los ojos de Jin se pusieron en blanco mientras sudaba nerviosamente a la vez que su cuerpo temblaba como una hoja despavorida en una terrible tormenta. Nerviosamente, Jin empezó a darle suaves golpecitos en el pecho al Uchiha, el cual no pareció darse cuenta mientras gruñía ligeramente contra sus labios y continuaba besándola.

Entonces, una cantidad considerables de Kunais iban directamente hacia la cabeza de Obito, listo para matarlo a la vez que una espesa intensión asesina inundaba la habitación, pero la barrera había tallado Jin en los marcos de su cama se activaron y los Kunais rebotaron, provocando un sonido metálico al chocar entre sí y caer débilmente en el suelo, haciendo que Obito se separara de sus labios un poco borracho de felicidad y confundido por el ruido metálico.

Y entonces, sus ojos cariñosos miraron miró el rostro asustado y pálido de Jin, la cual miraba hacia la puerta como si hubiera una especie de monstruo aterrador que prometía una muerte horrible, por lo que razonablemente miró hacia la puerta, solo para congelarse entendiendo el miedo de Jin....

—Oh... hijo has vuel... —Sakumo, el cual iba directo hacia el dojo en la planta inferior para practicar su manejo en la espada -después de todo, Sakumo desde hace mucho tiempo había decidido seguir el camino de un samurái y no dejará de blandir su espada hasta el día de su muerte-, se detuvo en medio del camino cuando observó a Kakashi parado en la puerta de Jin.

So Simp [Yandere! Uchiha Obito]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora