Capitulo 5

121 7 0
                                    

-¡Lali! ¡¿Dónde rayos te has metido? –

Abrí mis ojos de golpe, lleve mis manos al edredón qué cubría mi cuerpo desnudo sobre mi secreto amante quien dormía plácidamente a mi lado. Me tenía bien sostenida con sus

manos en mis caderas y su respiración en mi cuello. Si no estuviera tan nerviosa y aterrada de seguro hubiera disfrutado del roce de su aliento contra mi piel y de este hermoso despertar, tan escaso para nosotros.

Pero no podía, Euge me llamaba desde mi habitación y yo obviamente no estaba ahí.
¿Cómo había sido tan estúpida como para cometer este nefasto error? Me relaje, me deje llevar y ahora pasaba esto ¡Me lo merecía!

Me levante como pude, me importo poco qué Peter intentara atraerme a si y qué rezongara como un bebé. Se veía hermoso, tierno, adorable, irresistible....

Pero era una !emergencia¡...

-¡Levántate! Euge me está buscando en mi habitación – Le susurre mientras buscaba mi pijama esparcido por el piso. ¿Dónde rayos estaba la camisa?

-Déjala qué siga buscando – se escondió tras su brazo, supuse qué volvió a intentar dormir.

¡Argh!

-¿Qué parte de "Estoy en tu habitación después de... tu sabes qué....semidesnuda y con tu hermana buscándome" No entiendes?- Me agache a recoger mi pantaletas y ponérmela rápidamente, junto con el pantaloncillo de mi pijama.- ¡Por el amor de Dios Peter Vístete!
– dije cuando lo vi acercarse a mi sin nada de ropa.

Se había levantado y acercado a mí mientras yo estaba lo bastante concentrada poniéndome la camisa del pijama. Me detuvo justo a tiempo como para no llegar a cubrir mis senos. Los acaricio mientras con su boca buscaba la mía.

-Ya se cansará –

Era tan sensuales esos labios rozando los míos qué se me hacia terriblemente difícil detenerlos. Me aproveche unos minutos hasta qué nuestras respiraciones eran entrecortadas y jadeantes.

-Peter nos pueden descubrir – rogué cuando veía sus intenciones de volver a sacarme la ropa.

Soltó mi pijama y se giro a buscar un pantalón qué se coloco rápidamente mientras yo, como la descarada y pervertida qué era, me quedaba embobada mirándolo.

Se acerco nuevamente pero solo para rozar mis labios, por un momento perdí la noción del porqué estaba tan asustada hasta hace unos segundos.

Hasta qué unos golpes rompieron nuestra pequeña burbuja.

Toc Toc Toc Toc

-¿Peter? ¿Has visto a Lali? – Pregunto Euge desde el otro lado de puerta. Silencio.
Nos miramos, sabíamos qué nuestras respiraciones estaban alteradas y nuestros corazones estaban a punto de salir. Sabíamos específicamente qué no era por el beso qué acabamos de romper. Ni mucho menos por las manos de Peter sobre mis pantaloncillos.

¿Nos habían descubierto? Respira Lali... Uno, dos.
Si nos hubieran descubierto no estaría preguntando por mí, sino asumiría qué estaba ahí. Con su hermano, en paños menores y con las manos donde no correspondía.

-No te preocupes está cerrada – me aseguro Peter al oído. Lo aleje un poco y le golpee el pecho.
-¡Contéstale! –

Me miro con recelo, masajeándose donde lo había golpeado. Me acerqué exigiéndole con la mirada qué le contestará mientras con mis manos le acariciaba donde le dolía. Le hubiera dado unos besitos sanadores pero no me arriesgaría con él. Quizás terminaríamos en el edredón con mucha menos ropa, siendo qué Euge estaba evidentemente afuera esperando una respuesta de su hermano pequeño.

-Creo qué salió a correr, la sentí salir muy temprano en la mañana – Mintió. Yo lo mire desaprobatoriamente ¿Yo Mariana Esposito corriendo en la mañana? El solo se encogió de hombros.

-¿Estás seguro? ¿Lali?- Hubo un silencio.

¡Rayos nos descubriría!

-Bueno si la ves antes qué yo dile qué la espero en la cocina. Y a ti también ya es suficiente de dormir ¡Dormilón!-

-Está bien –

Diciendo esto sentimos sus pasos alejarse y bajar por las escaleras. Dimos un suspiro mutuo y al ver qué lo habíamos hecho al mismo tiempo sonreímos. Ya había pasado el peligro.

-Me tengo que ir- Le dije antes qué se le ocurriera "Algo" para celebrar la victoria.

Esa sonrisa ladeada y hermosa no me dejaba respirar con tranquilidad y me daba luces de lo qué pasaba por su cabecita.

No lo podía culpar, yo con él no podía pensar en cosas muy diferentes tampoco. Y no era ninfómana, solo era una chica enamorada. ¿Ok?

-Pero...-

-Nada de peros... sal a la puerta y ve qué no haya nadie merodeando para qué pueda irme a mi habitación y vestirme "Deportivamente" – Dije entrecerrando mis ojos ante a la alusión de su mentira.

-Lo siento... No se me ocurrió nada más- Lo empuje a la puerta y el la abrió lentamente sacando solo su cabeza y moviéndola en todas direcciones.

Termino por abrirla completamente y me tomo de la cintura para sacarme por ella.

-No hay moros en la costa – me sonrió y me dio un corto beso en los labios- Te veo en el desayuno –

Asentí y corrí como si mi vida dependiera de ello. Entre a mi habitación y me cambie con el único buzo qué había traído. Entre al baño y me moje la cara para parecer despierta. Baje silenciosamente y me dirigí a la puerta de entrada ¡Qué bueno qué estaba lejos de la cocina!

Suspire muchas veces antes de entrar a la cocina, habiendo hecho el teatro anterior de abrir y cerrar la puerta para "hacer como si recién hubiera llegado"

¡*******! Me sentía horriblemente mal teniendo qué mentir, y actuar así. Pero era eso o qué se enteraran de lo de Peter y yo. Y qué. No sé, nos separaran ¡No! Nos descubrirían, pensándolo bien es mejor qué no se enteren de lo nuestro hasta en unos años más
¿Verdad?.

-Lali ¿Dónde te habías metido? – Me interrogo Euge apenas entre. Peter estaba con una camisa de más el pantalón qué se había puesto en su habitación, comiendo un poco de cereal con leche. Me miro al entrar y luego escondió su mirada en su desayuno, sonriendo apenado y sonrojado.

-Salí a correr un poco –

-¿Tú?-

-¿Qué tiene de malo? – Le respondí de vuelta, mi amiga solo me dirigió una mirada. De esas qué exigen algo más creíble. Piensa rápido Lali- Tengo qué mantener la forma, además me encontré con unos amigos. No corrí mucho al final –

MiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora