Después de la muerte de sus padres, Eliza Swan fue acogida por su hermano mayor, Charlie, y desde entonces vive con él en Forks.
A sus 18 años, lo único que Eliza quiere es disfrutar de cada momento de su juventud, y preferiblemente con cierto médic...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
"Bucle"
Cuando quería un poco más de emoción en su día, Eliza ciertamente no se refería a haber estado a punto de ser aplastada por una camioneta, ni a recibir una andanada de regaños por parte de su hermano mayor por no contarle sobre su última visita al hospital.
A pesar de esto, Liza no podía seguir enfadada con Carlisle. Tal vez fue la forma gentil y cálida en que le sonrió, o la delicadeza de su tacto mientras la examinaba.
Cuando los orbes dorados del Doctor Cullen miraron fijamente sus ojos marrones, Eliza sintió que lo conocía desde hacía siglos y el sentimiento tierno y reconfortante en su corazón no le permitía cultivar ninguna enemistad hacia él.
Podría estar imaginando cosas, pero habría jurado que vio cierto cariño en los ojos del doctor cuando la miró. O tal vez era simplemente su manera de tratar a todos sus pacientes.
Por alguna razón, ese pensamiento le provocó un nudo en el estómago.
— ¿Cómo te sientes hoy, Eliza? - cuestionó Carlisle acercándose a la cama donde estaba la niña.
Acomodándose mejor en la cama, Eliza lo miró con expresión aburrida y un puchero insatisfecho.
— Estoy bien doctor Carlos, ¿cuándo me darán el alta? — cruzó los brazos bajo sus pechos.
Carlisle sonrió, bajando la mirada al portapapeles en sus manos.
— Tan pronto como mire tu análisis de sangre. — dijo, pasando a la página siguiente. — Parece que tus signos vitales están bien y tus reflejos han vuelto a la normalidad. —- él concluyó.
— ¡Excelente! ¿Puedo irme ahora? — Preguntó emocionada, casi saltando de la cama, pero Carlisle se movió rápidamente, deteniéndola.
— ¿No crees que es mejor esperar los resultados de tu examen? — preguntó Cullen, haciéndola regresar a la cama.
— Estoy bien, como bien, no habrá nada malo en este examen. — ella hizo un gesto con la mano con desdén.
— ¿Y dónde está Charlie? ¿O tu hermana? No irás sola a casa, ¿verdad?
— Bella está en la escuela, no regresará hasta más tarde, y Charlie tuvo que ir a encargarse de algo en el trabajo, pero dijo que no tardaría, desafortunadamente. — murmuró la última parte para sí misma.
Eliza entendía que a veces ella era la razón de las nuevas canas de su hermano mayor, pero también odiaba que la trataran como a una niña frágil. Lo cual terminó sucediendo muy a menudo debido a su propensión a sufrir mini accidentes.
Aparte de eso, se consideraba una chica fuerte e independiente. La pérdida de sus padres sacó a la luz una indecencia que la pequeña Eliza nunca pensó que tenía o necesitaba.
