Después de la muerte de sus padres, Eliza Swan fue acogida por su hermano mayor, Charlie, y desde entonces vive con él en Forks.
A sus 18 años, lo único que Eliza quiere es disfrutar de cada momento de su juventud, y preferiblemente con cierto médic...
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"¿Quienes son ellos?"
Isabella y Eliza eran completamente opuestas entre sí en innumerables aspectos, pero si había algo que los Swan tenían en común era su manera torpe y su propensión a sufrir accidentes menores.
Esto resultó cierto cuando el domingo por la tarde las chicas bajaron para saludar a Billy y Jacob Black.
Eliza corrió adelante como siempre y casi rodó escaleras abajo y al intentar ayudarla Bella terminó interponiéndose en el camino y las dos impactaron contra el suelo.
Segundos después, tres caras preocupadas entraron corriendo a la casa al escuchar el golpe y se encontraron con las chicas tiradas al pie de las escaleras con un ataque de risa y gemidos de dolor.
— ¿Chicas? — Charlie lass llamó, preocupado.
— ¡Estamos bien! — exclamó Eliza arrastrándose completamente fuera de las escaleras y poniéndose de pie, girándose hacia Bella quien aún intentaba levantarse. —¿Estamos en lo correcto? — dijo con urgencia.
Bella finalmente se levantó.
— ¡Lo estamos, por supuesto! — Se apresuró a decir.
—Si estas dos no se matan entre sí, definitivamente preocuparan a Charlie hasta la muerte. — le susurró Jacob a su padre.
—¡Escuché eso, eh, Black! — Señaló Liza fingiendo estar seria.
—Eso es bueno, señal de que la caída no afectó tu audición. Bromeo el más joven. — Es una pena que no pueda decir lo mismo de las neuronas que aún te quedan...
—Niños, nada de peleas. — intervino Billy, aunque le hacía gracia la irritación del otro. Ya estaban acostumbrados, pero Bella no.
—Lo siento, tío Billy, pero el único mocoso que veo aquí es Jake. — Eliza le sonrió provocativamente al chico.
Sabía que Black odiaba que lo trataran como a un niño pequeño, a pesar de que acababa de salir de un fraude.
—Eso es porque no hay un espejo por aquí. — El Black más joven forzó una sonrisa.
—¿Siempre son así? — le preguntó Bella a Charlie.
—Empeoran con la edad. — Respondió el mayor. — Creo que podemos prescindir de las presentaciones.
Jacob finalmente volvió a la realidad y enfrentó a Bella junto a Charlie. Aunque habían pasado años desde la última vez que vio a Swan, sus sentimientos por ella no habían cambiado y ahora podía confirmarlo.
Eliza notó la mirada de Black sobre su sobrina y sonrió con picardía, lista para burlarse de él, pero la mirada seria de Charlie sobre ella la hizo resoplar, insatisfecha.
Quien lo ve le cree. Eliza pensó para sí misma. No había absolutamente nada de tímido en los Quileute. Por el contrario, Jacob era el chico más molestoso que Swan conocía.
