Aike Gilbert, desde que entro a la familia de los Gilbert, fue muy desdichaba.
A una temprana edad empezó a entrenar para poder proteger a sus hermanos menores: Elena y Jeremy Gilbert.
~Elena Gilbert, una chica que solo con poner ojos de borrego y...
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ººº
Aike se despertó desorientada, reconoció enseguida el cuarto, era el cuarto donde estuvo anoche con Klaus...Después de morir a manos de Mikael.
Al girarse se dio cuenta que estaba sola, ni Klaus ni Oreo estaban en la habitación. En la almohada del híbrido había un dibujo...Era ella dormida.
Una pequeña sonrisa se planto en los labios de la pelinegra, con un poco de duda, se levanto y salió de la habitación dejando el dibujo donde lo había encontrado.
Al llegar a la sala de la mansión se encontró la espalda del híbrido, estaba mandando a sus híbridos.
Cuando se fueron los híbridos, Klaus siguió haciendo cosas en la mesa mientras que Aike se apoyo en el marco de la puerta para observarle.
-Mi amor, me encanta y alaga que me observes, pero...¿Por qué no mejor te acercas para saludarme?.- Klaus miro por encima de su hombro, la pelinegra noto el calor subir por sus mejillas.
Aike se acerco a pasos lentos hasta quedar al lado del híbrido-:Buenos días, Klaus.
-Buenos días, mi amor.- sonrió el híbrido posando una mano en la cadera de Aike para arrastrarla hasta dejarla entre él y la mesa.
Aike se mordió el labio y echo la cabeza hacia atrás para verle a los ojos azulados con pequeñas manchitas verdes.
Klaus no se daba cuanta, parecía estar examinándola, esa acción consiguió una carcajada de la D'Angello.
-Estoy bien, estoy a salvo Niklaus.- aseguro la pelinegra cogiendo las manos del híbrido que apartaban su pelo para mirar su cuello.
Con un suspiro, Klaus cerro sus ojos apoyando su frente contra la de ella, mientras Aike analizo su rostro deteniéndose en los labios del híbrido.
-¿Si te beso vas a creer que lo hago por un malévolo plan?.- pregunto Aike con un tanto de burla, Klaus se separó de ella mirándola con una ceja alzada.
-Mejor besame.
-Besame tú mejor.
Klaus no tardo en estampar sus labios con los de la D'Angello.
-Umm, me gusta demasiado tus labios.- comento el híbrido sobre los labios de la fémina-. Los extrañaba.
El Mikaelson iba a volver a besarla cuando un híbrido paso a la sala.
-Lo siento por la interrupción señor Mikaelson, pero el hermano pequeño de la señorita Gilbert quiere verle.
-Jeremy.- suspiro Aike y Klaus se separó de ella para ir a la entrada, dejando a la pelinegra en la sala.
-¡Quiero ver el cuerpo de Aike! ¡No puede ser verdad lo que me han dicho los Salvatore y Elena!.- grito el joven Gilbert a Klaus, que estaba conteniéndose para no gritarle ni hacerle algo, no quería volver a alejarse de la pelinegra.
