Aike Gilbert, desde que entro a la familia de los Gilbert, fue muy desdichaba.
A una temprana edad empezó a entrenar para poder proteger a sus hermanos menores: Elena y Jeremy Gilbert.
~Elena Gilbert, una chica que solo con poner ojos de borrego y...
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ººº
Al día siguiente, Alaric y Damon fueron al departamento del profesor para que este invitaran a pasar al vampiro. Al ver que Aike estaba tan sumamente dormida en la cama del profesor y no se despertaba, se prepcuparon demasiado.
-Klaus la hipnotizó, ¿ella es la única de los Gilbert que no tiene alguna joya con verbena?.- demando Katherina con los ojos entrecerrados. Damon y Alaric se miraron entre si, se dieron cuenta que se preocupaban tanto de que Elena tuviera verbena que incluso alguna vez tomaron la de Aike para ella.
-Bueno, eso ya no importa. Vengo a cobrar un favor.- recordó el vampiro-. Alaric, ya te puedes ir.- el profesor miro una última vez a Aike, sintiendose un poco mal por ella, y se marcho-. Necesito saber donde tiene al licantropo.
-No, Damon.
-Me lo debes Katherine.- la apunto con dedo acusador.
-No puedes interrumpir el ritual, moriras.
-¿Y que pasaria si digo que Elena tiene sangre de vampiro en su sistema?.- la mirada incredula de Katherine fue inmediata al escuchar las palabras que salieron del Salvatore-. Imaginate competir por el amor de Stefan por toda la eternidad.
-Esta en la tumba, pero no te equivoques Damon, no soy el vampiro al que usaran.- comento Katherine intentando que su mirada no se posara en la Gilbert.
Finalmente Damon se marcho y, Katherine, se sento al lado de la dormida pelinegra.
-Lo siento mucho, Aike. No tengo otra opción.- murmuro la doppelganger, sin saberlo, sus ojos se cristalizaron un poco. Ella sabia lo que le doleria a la chica que Jenna fuera el vampiro del ritual.
(...)
Klaus entro al departamento cabreado, se dirigio directamente a donde estaba dormida la Gilbert, su sola presencia le tranquilizaba. Después de unos minutos de estar observandola con una pequeña sonrisa, que no podia ver la vampira debido a que estaba de espaldas.
Al tranquilizarse, se levantó y fue hacia donde estaba la doppelganger.
-¿Qué haces?
-Café.- contesto cansada alzando la taza de su manos.
Klaus la miró sin creerla ni una sola palabra, con su velocidad vampirica, la cogió del cuello afixiandola.
-Dime que estabas haciendo.- obligo a Katherine.
-Hacia café.
Klaus asintio mientras que la soltaba sin delicadeza.
-Quitate tu brazalete.- ella le obedecio-. Ahora, ve hacia la ventana y ponte a la luz del sol.
-Me quemaré.
-No hay opcion, ¿o si?.- cuestiono con una ceja alzada.
Katherine acato su orden, noto como su piel empezaba a hervir, de lo más profundo de su pecho salió un grito de agonia.
