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Todo se había tornado un tanto extraño.

Y no había podido ignorarlo, era bastante obvio.

Después de la fiesta de Colombia no creyó que su relación con el estadounidense cambiaría, aún después de todo lo que había pasado. Pensó que quizá llegarían a convivir un poco más, pero que aquel jueguito de la fiesta solo había sido cosa de esa noche y ya, después de todo no tenía por qué ser diferente.

O eso pensó, porque tan pronto como llegó a la escuela el lunes siguiente, se dio cuenta de que al parecer había estado equivocado.

—Hello, darling —Se acercó USA a él tan pronto como lo vio llegar, dándole un rápido abrazo por la espalda que lo tomó desprevenido. —Te ves bien.

El primer instinto del latino fue apartarse, y sin antes averiguar de quién se trataba o de pensarlo si quiera, le soltó un madrazo en el hombro.

—¡Auch!

Con rapidez se separó y se dio la vuelta, y fue hasta entonces que se percató de quién era.

—¡Pendejo, no hagas eso! ¡Me asustaste! —Le reclamó molesto, volviendo a acercarse a él.

—Ow... sorry, no era mi intención —Se disculpó, sobándose. —Solo quería saludarte.

No fue sino hasta ese momento que el latino se sintió un poco culpable; después de todo el gringo no lo había hecho con mala intención, aunque de todos modos le había parecido raro.

Solo rodó los ojos, estando dispuesto a pasárselo, pero solo por esa vez.

—Perdón —Se disculpó, y acto seguido se dirigió hacia él. —Sana, sana, colita de rana, si no sanas hoy sanarás mañana —Canturreó tomando su brazo y sobándolo suavemente en el lugar donde había recibido el golpe, solo para que dejara de estar de chillón.

Una vez su "curación" hubo terminado, ambos se miraron y el más alto le sonrió.

—Ahora sí... Hola —Comenzó de nuevo éste último, usando ese tono dulce pero coqueto que tanto enfadaba al más bajo.

—Hola —Le respondió, sin percatarse de que aún mantenía una de sus manos sobre el hombro contrario.

—Cuánto tiempo...

—Ajá...

Y se miraron, no hicieron más que eso al mismo tiempo que un silencio les rodeó. USA con una sonrisa, México un tanto fastidiado, pero la verdad era que ambos se encontraban divertidos hasta cierto punto, solo que trataban de disimularlo, aunque uno lo hiciera mejor que el otro.

En ese momento alguien pareció llamar a USA a lo lejos, captando su atención. Éste dirigió su mirada hacia él antes de regresarla al hispano.

—Te veré en clase —Le dijo tras eso, pues tenía que hacer un par de cosas antes de que la jornada comenzara. El mexicano no pudo evitar sentir que aquello era más una advertencia que otra cosa, y algo le decía que no podría hacer nada para evitarlo.

—Sí...

Oh, y vaya que así fue.


Durante el resto de la semana estuvo teniendo ese tipo de encuentros con el estadounidense, y no pudo evitar pensar que aquella broma entre ambos ya se había extendido mucho. Al principio le pareció raro, pero con el tiempo se acostumbró.

USA le miraba, se acercaba, le coqueteaba y él le correspondía. No por algo en específico, sino solamente porque era divertido y fácil; nada era enserio y por lo tanto tampoco había responsabilidad de alguna clase, pero eso solo ellos lo sabían, y para los demás, aquellos que no tenían idea alguna de lo que ocurría, les había sido imposible no notarlos.

Casualidad...❞ |Mexico's harem - Rusmex.Onde as histórias ganham vida. Descobre agora