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Casi tres meses habían transcurrido desde el inicio de año, un período que, si bien no era ni mucho ni poco, sí que se había ido demasiado rápido, al menos así lo sentía el mexicano.

Quizá se debiera más que nada al hecho de su apretado itinerario y al estrés que todo éste le provocaba, pues diariamente tenía que ir desde temprano a la escuela, acudir al curso de preparación, dependiendo el día debía ir a alguna de sus clases extracurriculares y posteriormente llegar a hacer su tarea y estudiar para repetir todo al día siguiente, pero por más cansado y tedioso que pudiera sonar, lo había estado manejando bien, al menos hasta ahora.

Desde el principio supo que sería un año difícil, y por lo mismo es que se había prometido a sí mismo el estar siempre concentrado en su objetivo y evitar a toda costa las distracciones, aunque quizá no lo había hecho del todo bien con este último punto, pues todo se había complicado un poco desde que se había enterado que tenía diversos "pretendientes" detrás de él, lo cual, en parte, ocupaba tiempo en su cabeza que perfectamente podría aprovechar para hacer cualquier otra cosa.

No podía negar que en parte le gustaba recibir ese tipo de atención, pero por otro lado, en ocasiones también podía llegar a ser algo molesto.

Como sea, trataba de no pasar mucho tiempo pensando en eso.

Desde la última vez no habían pasado muchas más cosas; aún seguía recibiendo mensajes de Canadá, Ucrania y algunos otros, pero rara vez respondía si estos no llamaban su atención.

En cuanto al primero, bueno, parecía que cada vez tenía un interés mayor en conocerlo, casi siempre le escribía preguntándole cosas sobre él, sobre su día o sobre lo que hacía, y México le contestaba cada vez que podía, pues a pesar de todo, Canadá le parecía un chico muy agradable, pero en parte le desesperaba que en persona no fuera capaz de hablarle, pues por lo mismo habían pasado por alguna que otra situación incómoda cuando los amigos de ambos insistían en juntarlos para que interactuaran.

Después de intercambiar palabras de manera casi forzada, un pesado silencio les invadía y terminaban yéndose cada quien por su lado, y luego se disculpaban vía mensaje por no haber hablado cuando tuvieron la oportunidad. Siempre era lo mismo, y aquella situación comenzaba a aburrir al mexicano.

Pero en fin, además de eso, una nueva nota había aparecido sobre el escritorio de este último otra vez, de manera misteriosa, repentina, y nuevamente sin aparentes testigos. Como la última vez era un mensaje corto, escrito con una letra bastante limpia y bonita, al igual que algunas decoraciones.


"Tu voz es mi sonido favorito..."


Una pequeña sonrisita había aparecido en sus labios sin poderlo evitar, y sus mejillas se tiñeron de un suave color rosado ante la vergonzosa idea de que su voz pudiera ser el sonido favorito de alguien, pero pues cada quien...

Solo se limitó a sacudir la cabeza para despejar su mente, y al igual que la última vez levantó la vista para buscar alguna pista sobre quien quiera que fuera el que había dejado la notita ahí, pero al no encontrarlo, simplemente despegó la hojita y la guardó entre uno de sus cuadernos, junto con la otra.

Eso era lo más interesante que le había pasado los últimos días, de ahí en fuera lo demás solo se trataba de conversaciones y chismes ajenos de los que se enteraba gracias a que más y más personas habían comenzado a hablarle, realmente no sabía por qué, pero hasta eso estaba chido.

Por ejemplo, uno de los rumores que se habían corrido era que ONU, el mismo director de la escuela, y el profesor de Educación Física, FBI, estaban saliendo, pero nadie podía confirmarlo y los argumentos que lo respaldaban no eran del todo sólidos. Aun así, la mayoría de los alumnos había decidido creer en él sin duda alguna, y muchos afirmaron haberlo sospechado desde un principio, inclusive antes de que el rumor se esparciera.

Casualidad...❞ |Mexico's harem - Rusmex.Where stories live. Discover now