Luces de verano

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El humo del cigarrillo se amoldó sin lograr tocarle, provocando que Shoko hiciera una mueca.

—Sí te estoy prestando atención.

—Yo solo veo que tienes esa cara de estúpido nuevamente —replicó su amiga, observando cómo Satoru tenía la mirada fija en el relicario que colgaba de su cuello. Soltó una pequeña risa—. Estás embobado por ella, ¿no es así?

Apretó el colgante mientras que rascaba su nuca con la otra mano, bajando la mirada sin poder evitar que se escapara una risilla de su boca, declarándose culpable.

—Ya eres todo un hombre de familia —bromeó la mujer, desechando la colilla—. Me harás sentir que no estoy haciendo nada con mi vida.

Aunque lo decía a modo de broma, no podía evitar pensar en cómo Satoru había madurado tanto en menos de un año. Estaba feliz por él, por supuesto, mas era extraño pensar en cómo, a pesar de que se habían distanciado, sus dos amigos habían terminado tomando un rol de padre, cada uno por su cuenta. Le hubiera gustado ver la interacción de ambos ahora, aunque quizás, por sus ideales, Suguru no se sentiría tan feliz al saber que Gojo compartía su día a día con dos no hechiceras, y que además —cada una a su manera—, lo tenían a sus pies.

Sacó otro cigarrillo, sin demorar en encenderlo y dar una larga calada. Satoru le había contado, no hacía mucho, sobre las niñas que Geto rescató. Shoko aún creía que su manera de actuar había sido estúpida e infantil, que todo se habría resuelto si hubiera buscado ayuda en ellos. Las cosas serían muy diferentes, quizás.

Se apoyó en la barandilla, recargando sus brazos y poniendo su cabeza sobre estos. Al menos, desde que Saori había aparecido en la vida de Satoru, él comenzaba a tener más en cuenta su amistad. Tenía el presentimiento de que Saori había influido mucho en ello por la manera en que su amigo se comportaba ahora.

—¿A qué hora llegan tus suegros?

—Recién salieron de Hitachi, así que en unas dos horas. ¿Sí irás mañana?

Asintió despacio, expulsando el humo. Su amigo le tendió el boleto para que lo guardase. Lo observó detenidamente y rió un poco.

—Papá orgulloso —se burló, y él no lo negó. Shoko hizo una pausa y volteó a mirar a los árboles—. Esa mujer merece un premio, ¿sabes?

Le dio un ligero empujón con el hombro y ambos rieron.

—Hablé con su padre la última vez que estuvimos en Hitachi.

—¿Y? ¿Pediste su mano? —rió ella.

—No todavía.

La seriedad en su voz la tomó por sorpresa, cortando su risa. Apagó el cigarrillo a medio terminar.

—Cuando conoces a sus padres logras comprender por qué es así. Creo que crecimos en ámbitos muy diferentes, y me alegra que ella pueda darle lo que yo no soy capaz a los pequeños Fushiguro. —Cerró sus ojos disfrutando de la breve brisa que meció sus cabellos—. Son una gran familia.

Satoru sentía cierta culpabilidad pues en el fondo sabía que nunca podría darle una vida completamente tranquila a Saori, como aquella de la que el señor Arai le habló.

—¿Los niños ya saben de su relación?

Satoru negó, y pasó las manos por su cabello.

—Hemos hablado sobre cómo deberíamos decírselos pero aún no decidimos nada, y no creo que sospechen.

—Deberían apresurarse. Se vienen los románticos festivales de verano —dijo con un tono de broma.

Satoru rió, aunque encontraba razón en las palabras de Shoko. De por sí, no poder si quiera tomar la mano de Saori cuando estaban los niños parecía un martirio, y no quería seguir restringiéndose tanto.

Co-parenting || Satoru GojoWhere stories live. Discover now