Capítulo 1: Pétalos muertos

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Narra Itachi

Nos habían despertado a las cuatro de la madrugada. <<Alerta negra. Alerta negra. Habitantes de Konoha por favor conserven la calma y diríjanse al refugio principal. Si no conocen el camino al refugio los jounin podrán ayudarlos. Alerta negra. Alerta negra>>. El mensaje se repetía sin parar por toda la aldea. Todos los habitantes se aterrorizaron cuando escucharon por primera vez el mensaje y no era por querer llamar la atención. No. Esto se trataba de la alerta negra. La alerta que no se había escuchado en miles de años. La cuál únicamente se utiliza en caso de que la aldea entre en peligro mortal. O al menos, era lo que me habían dicho en la academia.

El alambrado público estaba destruido. La luz de la luna se reflejaba en los vidrios de todas las ventanas que el bijuu de las nueve colas había destruido. Ese monstruo lo  estaba destruyendo todo a su paso y la única esperanza que tenemos es el cuarto Hokage. Las personas menos afortunadas de la aldea aprovechaban este momento para saquear las tiendas sin ser sorprendidos, mientras que otros se dedicaban a contemplar los cadáveres de sus familiares. Había incendios por doquier. Personas indefensas siendo abusadas. Y yo, yo solo rogaba porque todo fuera una pesadilla.

Padre y madre habían salido a una misión. Ellos me dejaron al cuidado de mi abuela, por mucho que les dije que quería acompañarlos. <<Itachi apenas tienes seis años. Una misión rango B no es un juego para niños. Tal vez en unos años más puedas venir con nosotros>> había dicho mi padre mientras tocaba mi frente con sus dedos, como siempre lo hacía. En este momento me encontraba caminando por las oscuras calles. No sabía con exactitud qué calle era, pero mi instinto me decía que estaba cerca del Clan Hyuga. Si tan sólo yo perteneciera a este clan, todo sería más fácil de visualizar en esta horrible noche. Pero soy un Uchiha y mi arma es el Sharingan. Lástima que no me sirva de nada en esta ocasión.

Active mi Sharingan. Miré hacia atrás. No detecte ningún flujo de chakra. Miré hacia enfrente. Seguía sin detectar nada. Miré a la derecha. <<Brillante>> pensé. Pude visualizar un diminuto punto brillante en la oscuridad. Es un chakra muy bajo para un adulto. De hecho, también es un chakra muy bajo para un niño. ¿Qué podrá ser? Decidí caminar hacia allí para comprobarlo. Saqué mi pequeño kunai del bolsillo y lo empuñe en posición de ataque. No quería verme desprevenido.

Mientras más me acercaba al punto blanco, más claro podía escuchar un extraño sonido.

BUUUUUUaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.

Llegué a lo que parecía haber sido una pequeña casa, ya que ahora se encontraba casi en ruinas. Entre por uno de los huecos que se habían hecho en las paredes y me decidí a inspeccionar el lugar. Caminaba muy despacio. Mi vista parecía haberse acostumbrado a la oscuridad, porque al llegar junto al brillante punto, pude distinguir una cuna de madera. Un bebé.

No sabía qué hacer.

El bebé que hace rato supongo estaría llorando, ahora me miraba a los ojos. Pude notar su increíble Byakugan. No estaba seguro de lo que iba a hacer, pero de lo que sí estaba seguro, es que no podía dejarlo ahí. Así que decidido lo alce de la cuna y corrí con él fuera de la destruida casa. Aquel lugar no era para nada seguro. El bebé comenzó a llorar, y con ello, sentí que una presencia empezaba a seguirnos. Tenía el Sharingan activado pero no detectaba chakra a mí alrededor. Caminaba lo más rápido que podía por la oscura calle tratando de no tropezar. 

ーVamos a dejar las cosas claras. Tú me darás al bebé y yo te dejaré con vida a cambio. ¿Te parece? ーsusurró una escalofriante voz en mi oído. Me volteé de golpe hacia atrás con el kunai empuñado, listo para lo que fuese.

Por suerte no me hice pipí en los pantalones. El sujeto era extraño y me miraba descaradamente con unos ojos que daban miedo. Desprendía un olor fétido, podía notar la horrible sonrisa en su rostro. Y la oscuridad, la oscuridad no hacía más que sumarle estrés a la situación. Apreté al bebé del clan Hyuga contra mi pecho.

La Ninja Akatsuki ☆ Naruto y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora