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Astrid estacionó donde pudo.

Ya había pasado mucho tiempo luego de estar con su hermano y haberlo dejado con un amigo asegurándose de que estaría bien, él no quería tomarle mucho tiempo ya que ya sabía dónde estaría su hermana o a dónde iría.

El lugar dónde estaba Astrid no era una barrio de mala muerte, pero tampoco era muy lujoso. Llegó frente a un edificio donde posiblemente estaría Hiccup Haddock, no lo había querido llamar al número que su amiga había conseguido, porque sabía que no era el momento.

Entró a la recepción del lugar y buscó por todas partes un ascensor o unas escaleras para subir, pero no encontraba, hasta que una voz la alertó.

— ¿Necesitas ayuda?— Una mujer estaba detrás de un mostrador y la miró de arriba a abajo, analizandola.

— ¿Dónde hay un ascensor? ¿O unas escaleras?

— Allí a la vuelta.— Le señaló y Astrid observó— Solo que el ascensor se daño. ¿A que piso va?

— Al 6.

— Entonces suba las escaleras.— Le señaló y se recostó en su silla a ver el teléfono.

— Muchas gracias.— Dijo sin más. Tomó el camino y empezó a subir las escaleras. Esperaba no tener que encontrarse con otro tipo de personas.

La realidad era que ella no iba para el 6, sino que para el 9, pero esa mujer no debía saber a dónde se dirigía realmente. Mientras subía el lugar se volvía oscuro y anticuado, parecía ser de esos hoteles viejos que cualquiera podría ir y cometer un crimen. Había escuchado sonidos bastante raros y esperaba que Haddock no estuviera ahí con una mujer.

Llegó finalmente al piso y busco el número de la habitación, el lugar estaba vacio y crujia. Era tenebroso. Cuándo encontró la puerta, decidió que era momento de llamarlo a su verdadero número de teléfono.

— Esperó que no me hayas mentido, Jorgenson.— Susurro al ponerse el celular en la oreja.

Después de unos tonos, cojieron la llamada.

¿Alo?

Hiccup, vaya pensé que era un número equivocado.

— ¿Astrid? Cómo… cómo consiguió este número?— Sí se le escuchaba bastante confundido.

Astrid sonrió y pegó su oreja a la puerta y no fue muy díficil escucharlo al otro lado.

¿Por qué no le explico Personalmente? Debería abrirme antes de que alguien me robe.

¿Qué?  ¿Dónde esta?

Estoy en su apartamento secreto.— Dio unos golpes a la puerta— Habrame

Hiccup soltó el teléfono y y fue abrir, creyendo que era una broma que Astrid Hofferson estuviera al otro lado de su puerta. Pero era verdad, ahí estaba con su porte elegante esperando ser vista.

— Buenas tardes, Haddock. Me alegra saber que esta vivo y que Patan no mintió.— Le sonrió y se hizo pasar ella sola a la casa.

Hiccup aún no terminaba de creer que ella estuviera ahí, ¡Justamente ahí!

— ¿Cómo que Patan? ¿Me puede explicar que esta pasando aquí?— La enfrentó cara a cara.

— Muy sencillo. Esta mañana me preparaba para nuestra reunión, lo llamé para confirmar, no me contestó. Transcurrio el día y nada que contestaba. Le escribí y nada. No hay señales de vida de usted. Me reuní con una amiga, insistí y no me contesto y yo me empezaba a estresar y confirmar que llegaría tarde o no llegaría.— Lo miró seriamente— Así que en su otro número deben como mínimo, 100 llamadas mías de todo el día.

: PARADISE :Where stories live. Discover now