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"¡Denisse quiere llorar!"

Se escuchaban gritos desde la lejanía.

En ese instante, Denisse corría por los pasillos de la escuela, el eco de las risas burlonas resonaba a su alrededor. Sus compañeros, como sombras crueles, la perseguían, lanzando palabras hirientes que se clavaban en su corazón. La risa despiadada creaba un caos ensordecedor.

Decidida a escapar de la humillación, Denisse bajó las escaleras con rapidez, sus zapatos golpeando cada peldaño. La respiración agitada, sentía la opresión en el pecho. Se zambulló en la penumbra del pasillo inferior, buscando refugio detrás de unas pesadas puertas dobles.

Las risas se desvanecieron mientras Denisse se ocultaba, la adrenalina aún pulsando en sus venas. Entre suspiros, intentó controlar el temblor en sus manos. Desde su escondite, pudo oír los pasos apresurados de sus perseguidores, quienes, al no verla, se dispersaron entre risas satisfechas.

La pequeña Denisse permaneció allí, sintiendo el eco del miedo retumbando en su interior.

La niña, resguardada tras las escaleras, dejó que las lágrimas fluyeran en silencio. Las emociones abrumadoras se reflejaban en sus mejillas, las lágrimas caían como pequeñas gotas de desesperación. Era la quinta vez en la semana que se veía obligada a huir, y el peso de la tristeza colmaba su corazón.

Odiaba la escuela, un lugar que debería ser su refugio, pero se había convertido en un escenario constante de tormento. En ese rincón oscuro, Denisse se preguntaba por qué la crueldad de sus compañeros la perseguía sin piedad. El rechazo se volvía insoportable.

Sus suspiros ahogados resonaban en el pasillo vacío, mientras contemplaba la posibilidad de encontrar consuelo en algún lugar, lejos de la hostilidad del aula. La pequeña Denisse anhelaba un escape, anhelaba un entorno donde su singularidad fuera celebrada en lugar de ridiculizada.

Tras pasar varios minutos llorando en la penumbra detrás de las escaleras, Denisse se armó de valor y emergió de su escondite. Caminó con determinación hacia su salón de clases, sintiendo el peso de la hostilidad que impregnaba los pasillos.

Al llegar, se apresuró a guardar sus cosas en su mochila de gatito, un pequeño consuelo en medio de la adversidad. El ritual de recoger sus cuadernos y libros se volvía una tarea urgente, ya que cada segundo en ese entorno hostil se le hacía insoportable. Sabía que en cualquier momento, esos chicos crueles podrían volver a buscarla.

Con la mochila lista, se apresuró hacia la salida del aula, ansiosa por dejar atrás el tormento diario. Sin embargo, antes de alcanzar la libertad, una mano brusca la agarró, deteniéndola en seco. El corazón de Denisse dio un salto, sintiendo la tensión en el agarre. Era un recordatorio cruel de que su escape no sería tan fácil.

Denisse giró la cabeza al sentir la presión en su brazo, y allí estaba Bruce, el niño que parecía disfrutar sembrando el miedo en ella. Su mirada desafiante y una sonrisa burlona pintaban un cuadro de intimidación.

"A dónde crees que vas, Den?" —escupió Bruce con un tono mordaz, su voz resonando en el pasillo lleno de hostilidad. La simple presencia de aquel chico generaba un temor profundo en el corazón de la pobre Denisse, cuyo pulso acelerado era una sinfonía de miedo.

La sonrisa de Bruce parecía crecer ante la evidente incomodidad de Denisse. Era un juego para él, un poder despiadado que ejercía sobre alguien vulnerable. En ese momento tenso, Denisse se enfrentaba nuevamente al tormento diario, tratando de mantener la compostura mientras la amenaza de Bruce la envolvía.

𝙏𝙍𝙊𝙐𝘽𝙇𝙀 (Rise! Donatello X Reader)Where stories live. Discover now