ELECCIONES

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Lauren presentaba un aspecto distinto cuando bajé a la cocina a la mañana siguiente. No en su aspecto físico. Físicamente, seguía siendo increíblemente perfecta. Bueno, quizá sus ojos verdes e intensos parecían más cansados de lo habitual, pero ninguna de las dos habíamos pegado ojo la noche anterior. No, parecía distinta en el aspecto emocional. Cuando entré en la habitación, no alzó la vista. No
me saludó alegremente, sino que siguió con la vista fija en su taza de café, al parecer absorta en sus pensamientos.
Me acerqué a ella, tomé su taza de café que aún estaba intacta y la deposité en la encimera, interrumpiendo su concentración. Ella volvió la cabeza y me miró con tristeza. Luego, me besó con suavidad y me ciñó por la cintura. Yo le rodeé el cuello con los brazos y apoyé la cabeza sobre su hombro, abrazándola con fuerza.

—Me parece increíble lo que voy a decir —murmuró, y yo me tensé automáticamente—. Lo de anoche no puede volver a ocurrir, Camila.

Yo me aparté y la miré, dolida, confundida y un poco asustada.
Al ver las emociones que se pintaban en mi rostro, suspiró.

—Te amo, y sabes lo que esta frase significa para mí. Jamás se lo había dicho a nadie. —Después de retirar suavemente mis brazos
de su cuello, me tomó de la mano y entrelazó nuestros dedos—. Hace un tiempo no habría tenido ningún reparo en seguir así. Habría
aceptado cualquier parte de tu ser que hubieras querido entregarme y habría hallado la forma de resolver el tema...

Apoyó nuestros dedos entrelazados sobre mi mejilla. La expresión de mi rostro se suavizó al oír sus palabras, pero aún me sentía confundida y asustada. Ella suspiró mientras me observaba.

—Quiero ser el tipo de persona que mereces. —Empecé a interrumpirla, pero ella apoyó nuestros dedos sobre mis labios—. Quiero
ser una persona honesta...

—Lo eres —la interrumpí, apartando nuestros dedos de mis labios—. Eres una buena persona, Lauren.

—Quiero ser la mejor persona, Camila..., y no lo soy. —Volvió a suspirar y miró hacia el piso de arriba, donde Denny seguía durmiendo, y luego me miró a mí—. Anoche no me comporté de forma honesta, Camila..., ante las narices de Denny...

Arrugué el ceño y sentí que afloraban a mis ojos lágrimas de vergüenza y culpa. Ella captó enseguida mi expresión.

—No me refiero..., tú no eres..., no pretendía ofenderte, Camila. —

Me estrechó contra ella mientras un par de lágrimas escapaban de mis ojos.

—Entonces ¿qué tratas de decir, Lauren?
Cerró los ojos y respiró hondo.

—Quiero que lo dejes... y te quedes conmigo. —Abrió los ojos lentamente, unos ojos que de pronto mostraban un profundo temor.

La miré estupefacta, sin saber qué decir. ¿Me estaba dando un ultimátum? ¿Por fin me obligaba a elegir?

—Lo siento. Quería mostrarme estoica y no decir nada mientras tú me desearas, pero luego hicimos el amor... y jamás había
experimentado eso... y no puedo volver a ser como era antes. Te quiero a ti y sólo a ti, y no soporto la idea de compartirte. Lo siento. —
Bajó la vista con tristeza—. Quiero estar contigo sin ocultarnos, como debe ser. Quiero entrar en el bar de Pete contigo del brazo. Quiero besarte cada vez que me encuentre contigo, sin importarme quién
pueda vernos. Quero hacerte el amor sin temer que alguien pueda descubrirnos. Quiero dormir cada noche abrazada a ti. No quiero sentirme culpable por algo que hace que me sienta... realizada. Lo siento, Camila, pero te pido que elijas a uno de los dos.

Seguí mirándola estupefacta mientras las lágrimas rodaban por mis mejillas. El cuadro que me había pintado era maravilloso. Lo vi con todo detalle: un futuro con ella, una vida con ella. Una gran parte de mi ser deseaba eso. Pero el resto veía los ojos castaños, cálidos y risueños de Denny, su sonrisa de despistado.

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