CONSECUENCIAS

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Me moví en su cama por enésima vez. Lauren me rodeaba con el brazo y dormía como un tronco, con la mejilla apoyada en su otro brazo y el rostro vuelto hacia mí. Toda duda y preocupación se habían borrado de su semblante perfecto. Yo no estaba segura de que se hubieran borrado del mío. Había hecho por fin una elección, y, en el fragor del momento, había elegido a Lauren. Me seguía pareciendo un poco surrealista. Me acurruqué contra su costado y suspiré satisfecha. Traté de imaginar que estaría con ella cada noche, que tendríamos una
relación abierta como ella deseaba, como ambas deseábamos. Había sido una idea tabú durante tanto tiempo que en esos momentos me costaba imaginármelo.
Volví a moverme en la cama. Había un último obstáculo que salvar antes de poder imaginar que seguiría adelante con Lauren..., un obstáculo que me destrozaba el corazón.

Denny.

Debería levantarme y regresar a nuestra habitación. Anoche no debí arriesgarme a venir de nuevo a la habitación de Lauren para volver a hacer el amor con ella.
Al parecer, era incapaz de obrar de forma juiciosa en lo que se refería a esa mujer tan extraordinaria. Pero Lauren tenía razón, era una mala idea. Denny no debía averiguar jamás que manteníamos una relación íntima. Recordé su reacción en mi sueño. No podía imaginar siquiera su verdadera reacción si nos descubría juntas. Especialmente ahora que sabía que yo le había mentido, que sospechaba de nosotras.
Debía decírselo. Debía contárselo... todo. Pero no sabía cómo hacerlo.
Suspirando, retiré el brazo que Lauren tenía apoyado sobre mí. Ella murmuró algo en sueños y trató de abrazarme. Sonreí y le aparté un mechón de la frente, besándola con dulzura. Recogí mis ropas, que había arrojado con prisas al suelo, y me vestí. Luego, abrí la puerta y, después de dirigir una última mirada a Lauren, que dormía
apaciblemente, con la sábana cubriéndole a medias su físico perfecto, la cerré y me encaminé a mi habitación.
Me metí en la cama con el máximo sigilo. Denny no se movió cuando me acosté junto a él, y esa vez no lo miré. Me coloqué de
espaldas a él, tratando de respirar con calma. Esperé a que él se moviera, a que me obligara a volverme hacia él y le explicara dónde había ido. Pero no lo hizo. Dormía tan profundamente como Lauren cuando la había dejado. Por fin, el cansancio se apoderó de mí y me quedé dormida, pensando en las caricias íntimas que Lauren y yo nos habíamos prodigado.

Al poco rato, me desperté de un sueño muy agradable, impaciente por volver a ver a Lauren. Denny aún dormía, pero estaba
segura de que Lauren ya estaría despierta. Entré deprisa en el baño para arreglarme un poco y bajé rápidamente la escalera. Tal como había imaginado, Lauren estaba apoyada contra la encimera, de espaldas a la cafetera en la que había preparado café, sonriendo, con su habitual aspecto inmaculado, luciendo mi camiseta favorita de color azul vivo que daba a sus ojos un tono verde sobrenatural.

—Buenos...

Pero no pudo terminar la frase antes de que mis labios se apretaran contra los suyos y mis manos se enredaran en su fabuloso
cabello. Ella me devolvió el beso con ardor al tiempo que apoyaba las manos en mis mejillas.

—Te he echado de menos —murmuré entre nuestros labios.

—Y yo a ti —respondió en tono quedo—. Me sentí fatal al despertarme y comprobar que no estabas a mi lado.

Cualquiera hubiera dicho que hacía días que no nos veíamos en lugar de horas. Me deleité con su olor, con el tacto de su piel, con su
sabor. Gocé sintiendo su calor, sus suaves manos deslizándose por mis hombros, su pelo entre mis dedos y su lengua acariciando la mía. No quería que dejara de besarme. De pronto, se apartó de mí y avanzó unos pasos hacia la mesa.

—Tenemos que hablar sobre Denny, Camila...

En ese preciso momento, Denny entró en la cocina.

—¿Qué decías sobre mí? —preguntó secamente.

INCONSCIENTE Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ