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Aegon.

De todas las cosas que me imagine que nos diría jamás pensé que fuese aquello. Podía sentir su mirada en mí y abrí mis ojos para verla.

-¿Cómo haz estado?-susurro y tomo mi mano-Se que es un poco estúpido de mi parte preguntarte algo como eso, pero no pude hacerlo cuando llegaste.

-Estoy mejor que antes-fui sincero-Intento todo los días ser mejor.

-Lo sé, Helaena puede ser un poco informativa-sonrío.

-Tienes un brillo especial en la mirada-señale el púrpura intenso y sonrío.

-Vayamos a ver a Gaemon-Aemond la miro aun con su mano en su panza y Adeline frunció el ceño.

-¿Está aquí?-pregunto emocionada. A veces olvidaba que todavía seguía siendo una cría.

-Si, esta en el pueblo.

-¡Vamos!-se levantó quitando las manos de ambos de su panza y señaló-Quiero verlo, por favor.

Asentí y Aemond nos siguió en silencio. Sabía que la pelinegra no lo perdonaría tan fácilmente y me encantaba verlo arrastrándose por ella. Se veía hermosa levantando su vestido para que no se mojara.

-Príncipe Aegon-saludo la mujer que cuidaba de mi hijo.

-¿Está despierto?-pregunte quitándole la capa a la pelinegra.

-¿Quién vino?

Sonreí al ver que sus ojos se iluminaron y corrió hasta ella para abrazarla. Solía olvidarse de mi y Aemond cuando ella iba a visitarlo.

-Por fin viniste-susurro y Adeline tomo su mano. Gaemon miraba con curiosidad su panza-Estás grande.

Adeline se echo a reír y se sento en la mesa frente a nosotros.

-No puedo alzarte, pero si comerte a besos-Gaemon se echo a reír cuando esta lo  atiborro de besos.

-¿Cómo haz estado? Hace días que no te veía y parece que te va bien, hijo-me cruce de brazos y sonrío.

-Perdón, es que la extrañe mucho-sonrío-¿Se van a quedar? La habitación principal es grande para los tres y...

-No quiero dormir con amargados-entrecerro sus ojos a mi hermano.

-Mhmm.

-Vamos, te leeré una historia-Adeline se levantó de la mesa y subió las escaleras para llevarlo a su habitación.

-Será una gran madre-mire a mi hermano-Debo admitir que mi reacción no fue la mejor.

-Tendremos un hijo con ella-decirlo me emocionaba por alguna extraña razón.

-Aún así no podemos estar con ella-señaló-Maldito bastardo.

Subió las escaleras y lo seguí. Entre a la habitación y me tire en la cama dejando el espacio de Adeline.

—Podemos estar con ella durante el verano—sugerí—Y...

—¿Y qué?—abrió su ojo.

Play for me. ( AEGON II Y AEMOND TARGARYEN)Where stories live. Discover now