14

1.6K 123 4
                                    

Aegon Targaryen

Me removi un poco y sentí que tenia a alguien apoyado en mi pecho. Intente moverme y me detuvo.

—Abrázame, tengo frío —abrí mis ojos y sonreí al ver a aquellos cabellos mestizos.

—Esta nevando —Aemond murmuro e intento levantarse, pero Adeline lo jalo del brazo y lo atrajo hacia ella.

Se volteo dejando ver sus pechos y arqueo su espalda dándonos la vista perfecta.

—Los dejaré dormir en mis pechos si me abrazan.

No lo pensé dos veces y lo hice mirando a Aemond que  dudo unos segundos y termino aceptando. Ella acariciaba nuestros cabellos y me pareció extraño que mi hermano se dejase tocar el cabello.

—¿ Esto es algo normal para ustedes?

—¿ Qué cosa? —murmuro Aemond.

—Compartirme —sonreí —¿ No están celosos?

Negué y me removí para mirarla.

—No es la primera vez que compartimos a una mujer—murmuro mi hermano y me reí al verle la cara a la pelinegra.

—¿ Ah si? — alzó las cejas y se removió —¿ Quién es?

—¿ Eso son celos?

—Es incomodidad —murmuro cerrando sus ojos y negué mirando a mi hermano—Tengo hambre, iré a preparar el desayuno.

Me queje cuando se aparto y Aemond suspiro. La pelinegra se puso su vestido y se levantó en busca de las cosas.

—Te ves mejor desnuda.

Eso de estar de acuerdo con mi hermano no me gustaba para nada.

—No voy a cocinar desnuda —rodo los ojos y me acerque hasta ella presionando mi ereccion contra sus nalgas —Déjame hacer el desayuno.

—¿ Cómo sabes que hay comida?

—Es observadora —concluyó mi hermano y me encogí de hombros.

La deje hacer el desayuno, pero mi hermano y yo no dejábamos de besarla en el cuello o sus hombros.

—Listo—sonrío dejando los platos en la mesa —Les advierto que mi comida no es para el paladar de un príncipe.

Ambos nos sentamos dejando que ella terminara de colocar. Había hecho unos huevos revueltos, fruta picada de una manera muy bonita, pan fresco y un jugo de naranja.

—¿ Y bien?

—Delicioso —murmuro mi hermano —¿ Donde aprendiste a cocinar?

—Mi madre me enseño —sonrío de manera triste y tome su mano.

Me sentí avergonzado porque yo ni siquiera sabía tender mi propia cama y Adeline sabía hacer un montón de cosas. Pintar, bordar, cocinar y quien sabe que más.

—¿ Crees que debería presentarle a Gaemon?—solte de la nada haciendo que mi hermano se ahogara con su jugo.

—¿ Estas bien? —Adeline acaricio su espalda y este asintió —¿ Quién es Gaemon?

LA GUERRA DE DOS REINAS. Where stories live. Discover now