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Aemond Targaryen.

Cuando era niño mi madre intento comprometerme con mi hermana mayor, Helaena, pero después de perder uno de mis ojos a manos de mi sobrino Lucerys me negué al matrimonio y decidí estar concentrado en cosas como mis entrenamientos junto a Criston Cole, el guardia de mi madre y estudiar mis tres asignaturas favoritas; Historia, Filosofía y la lengua de los Targaryen, Alto Valyrio.

A veces solía entrenar con mi hermano, cuando este no era un idiota o no estaba borracho. A pesar de dejar los entrenamientos seguía siendo bueno y a veces podía sorprender a los demás siendo un tanto inteligente. Obviamente jamás se lo había dicho, preferiría perder mi otro ojo antes de decirle que lo quería y que me sentía orgulloso de él aunque tuviera sus mañas. Y ahí estaba una vez más junto a sir Arryk y sir Criston, buscando a mi hermano por órdenes de mi madre. Aegon solía irse cuando no quería cumplir con sus responsabilidades y ahora tenía que asumir un compromiso con la primogénita de Tyland Lannister. Todos estaban en la Fortaleza Roja celebrando el compromiso y uno de los celebrados se había escapado.

Cuando vi aquella capa entre la gente y ese caminar, corrí hasta tumbar a mi hermano y este comenzó a maldecir mientras intentaba escapar de mi agarre, me escupió y logro escaparse, pero lo tomé del pie y le propiné un puñetazo en la mejilla.

-¡ Suéltalo! - escuche que alguien me grito-¡ Le estas haciendo daño!

Levante la vista y cuando vi aquel hermoso violeta solté a mi hermano de golpe.

-¿ Quién eres? - la mire de arriba a abajo -¿ Te conozco? - intente acercarme y dio un paso atrás.

Aegon se levantó de golpe y la miro de una manera que me molesto.

Frunció el ceño cuando vio mi cabello por la capa e hizo una reverencia.

—Lo siento, príncipes — murmuro y se alejo caminando a la puerta de lo que parecía ser un burdel.

Aegon y yo no dudamos en seguirla.

—Te hice una pregunta, responde —demandé.

—¿ Cuál es tu nombre? — mire a mi hermano de soslayo — Jamás te he visto en la Fortaleza Roja.

—Una señorita como yo jamas podrá pisar un lugar como la Fortaleza Roja— murmuro a mi hermano y después poso su vista en mi —Me llamo Adeline y no me conocen.

Antes de que mi hermano y yo pudiéramos perseguirla nuevamente, se perdió entre la gente y desapareció.

—¿ Viste sus ojos?

—Estoy tuerto, no ciego.

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Play for me. ( AEGON II Y AEMOND TARGARYEN)Where stories live. Discover now