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Aegon.

Arelys estaba a punto de terminar con su embarazo. Estaba más linda que nunca y me hacía feliz complacer cada uno de sus antojos. La presencia de los Lannister era un dolor de cabeza.

Amaba a mi mejor amiga, pero su familia era insoportable.

—Tengo los pies hinchados—señaló—Tu hija me hace esto.

—Yo lo hice, pero no me quejo.

—Buen punto.

Me acerque a ella intentando pasar mis manos por su panza, pero tomó mi mano con rapidez.

—Es hora, es hora—se quejo.

Me levante y comencé a caminar de un lado a otro.

No entres en pánico.

—¡AEGON!—grito y salí.

—¡BUSQUEN AL MAESTRE!—grite a los guardias.

—¿Duele mucho?—acaricie su cabello y asintió.

—¡MUCHÍSIMO!

Las matronas y parteras me sacaron de la habitación a empujones y me quedé en el pasillo junto a sir Arryk.

—¿Qué sucede?—Aemond llegó hasta mi lado.

—Esta dando a luz—me pase las manos por el cabello con frustración.

—¿Cuánto más hay que esperar?—mire a mi madre.

—Ten paciencia—se mordió sus uñas.

—Llevo horas aquí—entorne mis ojos.

Sus gritos habían invadido la Fortaleza poniéndome nervioso con cada grito. Un grito desgarrador se escucho y entre a mi habitación sin importarme que las parteras se quejarán.

Jamás había sido agradecido, jamás pensé que aquello podía llegar a pasar. Su cuerpo había perdido todo el color, sus ojos habían quedado abiertos y las lágrimas habían quedado en sus mejillas.

Me acerque hasta su cuerpo y cerré sus ojos dejando un beso en su frente. Mi mejor amiga había muerto.

—Mi príncipe—me gire a la mujer que me tendía aquel bulto y mire a mi bebé cuando lo tome.

Tal y como había dicho su madre. Una niña de cabello rubio y ojos púrpura.

—Hola Daena—apenas podía encontrar mi propia voz.

—Hijo mío—mi madre se acerco a mi y negué.

—Salgan todos de aquí.

—Aegon...

—¡Salgan!—grite y me acerque a su cuerpo inerte acercando a mi hija—Nuestra bebé, nuestra Daena.


Los Dioses me castigaban por no haberla querido lo suficiente. Por no desear la vida de mi hija desde el momento en el que supe de su llegada. Había sido cruel e injusto con la persona que sabía que daría su vida por mi.

LA GUERRA DE DOS REINAS. Место, где живут истории. Откройте их для себя