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Aegon Targaryen.

La risa de Adeline era tan contagiosa que era imposible no reírme con ella y después estaba Aemond que parecía un niño chiquito dejándose hacer mimos por la pelinegra en el cabello.

—No estés celosa de Visenya—le sonreí acariciando su piel desnuda.

—No estoy celosa de una recién nacida—rodo los ojos y me miró—Ver a Rhaenyra con su pequeña niña en brazos me hizo darme cuenta de que extraño a mi madre más que a nada. Me siento un poco sola...

—Nosotros estamos aquí—Aemond susurro—Cuidándote.

—Créeme que me siento muy querida, pero no es lo mismo.

Chiste mi lengua y me acomode mejor en su pecho mirando al amargado de mi hermano.

—Los quiero tanto—susurro—Hace un año juraría que estaba loca, pero ahora se que los quiero y mucho.

Estaba cerrando sus ojos mientras seguía acariciandonos. Mire a Aemond y este cerro su ojo y se acurrucó en el costado de la pelinegra. Salí de la cama y tome mis pantalones para salir unos segundos.

Sunfire y Vhagar estaban acostados frente a la cabaña. Respire profundo tomando el aire de la noche y revolvi mi cabello.

Cada día estaba más agobiado, mi abuelo me manipulaba para convencerme de tomar el trono, mi madre quería que cumpliera mi deber con Arelys, pero es que aquella mujer era insoportable.

Volví a la cama y sonreí cuando la pelinegra me abrazo pasando las piernas por mi cuerpo.

—No vuelvas a irte—susurro acomodando el brazo de mi hermano en su cintura—Siento mucho frío.

—Aemond esta aquí—susurre dejando un beso en su frente.

—Los dos o ninguno—susurro acomodando su cabeza en mi pecho—Estuve pensando en que Rhaenyra estaba muy extraña durante el parto y la reina también.

—¿Por qué lo dices?—la mire con curiosidad.

—Porque decía que la perdonara y tu madre también dijo algo parecido.

La mire fijamente y me puse a pensar en el comportamiento de mi madre hacia ella. Al principio había sido un poco extraño y después la trataba como si fuera una hija.

—No lo sé, mi madre y mi hermana eran amigas hace muchos años, pero algo sucedió y de un momento a otro se distanciaron por completo. Tal vez fue cuando ella la atacó defendiendo a Aemond cuando perdió su ojo o algún conflicto del pasado.

—Eso explica el porque Rhaenyra la rechazo cuando le ofreció su ayuda.

—Puede ser—me encogí de hombros—Nunca quiso hablarme de su relación.

—¿Quieren dejar de hablar y dormir? —Adeline se echo a reír al escuchar la voz de Aemond—Abrázame, tengo frío.

Lo mire con las cejas alzadas, el muy maldito no tenia frío solo quería una excusa para que la pelinegra lo abrazara. Adeline se volteo abrazándolo y tomo mi brazo para que yo hiciera lo mismo. El tuerto me había amargado la noche, pero sonreí cuando Ady giro su rostro y me dio un beso casto en los labios.

Play for me. ( AEGON II Y AEMOND TARGARYEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora