33/ Si quiero.

1 0 0
                                    

Estábamos en la casa de los papas de Joel festejando con los chicos y nuestras familias, las palabras de papa resonaban en mi cabeza, está claro que él sabía lo que yo quería y me ponía feliz el saber que tenía su apoyo, pero quedaban algunas cosas por solucionar, por ejemplo, tenía que conseguir una beca para alguna universidad, residencia y algún trabajo de medio tiempo. Pero antes de pensar en todo eso, tenía que estar segura de la decisión de tomaría. Tenía un mes y una semana para pensar en todo eso.

Todos estaban conversando entre todos, yo estaba saliendo del baño, iba a ir con papa para hablar un poco sobre el tema, pero mi celular empezó a sonar con una video llamada de mi abuela, salí al patio para poder hablar más tranquila.

-¡Feliz cumpleaños mi cielo! –dijo apenas conteste-

-¡Hola abuela, gracias pero no te veo! –Dije- estas apuntando una maceta.

-¡Ay este tecnología de hoy en día, cada vez la entiendo menos! –Dijo- ¡y eso que soy muy moderna para mi edad!

Reí y le indique como cambiar la cámara, para poder verla.

-Ahí está.

Ella me sonrió- ¿Cómo estás pasando, mi cielo?

-Bien abuela, no me esperaba la sorpresa de papa.

-me alegro de que te haya gustado. ¿Y tu novio como esta?

-Él está bien, estamos disfrutando las familias juntas.

-Me alegro mi cielo.

-Abuela, quiero hablar algo contigo.

-Dime.

Necesitaba un consejo y que mejor que pedírselo a mi abuela, estoy segura que me sentiría mejor, después de escucharla a ella.

-Creo que me voy a quedar aquí.

-¡Lo sabía, tu abuelo me debe cien! –dijo, aplaudiendo-

-¡Abuela!

-Lo siento, cariño.

-Lo que pasa es que, aun no estoy convencida del todo, me da miedo y ¿Qué tal si me estoy equivocando?

-Bueno, los miedos se tienen que enfrentar, además antes de irte también tenías miedo, pero ahí estas con un brillo en los ojos que te dejan más hermosa y estas en edad de equivocarte, sabes que si te arrepientes puedes volver, aunque dudo que eso pase.

Siento que la abuela tenía razón, además podía volver si me arrepentía.

-¿No será que solo se quieren librar de mí? –Pregunte con gracia-

Pero la cara de mi abuela, solo me decía que ella estaba hablando de verdad.

-Solo queremos que seas feliz, sin miedos, sin fingir. Y todo eso lo conseguiste ahí. Tu familia siempre estará aquí para ti, y también estaremos acompañándote desde el corazón en donde sea que estés.

-Te amo abuela. –dije emocionada-

-Yo a ti mi cielo, te tengo que dejar –dijo- te veo cuando te vaya a visitar. –Dijo giñando el ojo-

Corte la llamada, ya más aliviada y con una respuesta a mis dudas y mis miedos.

Estaba por volver adentro, pero alguien me abrazo por detrás, no hacía falta girarme para saber quién era. Me dio un beso en la mejilla y una sonrisa se dibujó en mi rostro.

-Te tengo una sorpresa.

-Si me sigues dando regalos, no sé cómo voy a pagarte. –dije riendo-

-Déjame pensarlo, -Dijo con gesto como si estuviera pensando- ¡Ya se! Puedes pagarme con muchos besos.

Sonreí y le di un tierno beso.

El saco una cajita pequeña y me la entrego, la abrí y me quede sorprendida, era una cadenita con un dije que decía Nita.

-¡Joel, es hermoso! –dije-

El sonrió y me ayudo a ponerme la cadenita.

-Te queda perfecta.

Sonreí y lo abrace, con todas mis fuerzas.

-Ay algo que quiero decirte. –dije sonriendo-

-Dime.

-Pero no aquí, más tarde.

Él sonrió algo confundido, pero no insistió. Disfrutamos el resto de la tarde, con café y pastel. Con ambas familias juntas, me quede mirando a mi papa y me miro después de sentir mi mirada, sonrió y asintió en mi dirección.

Eso era todo lo que necesitaba.

[]

Al llegar la noche, todos se fueron a sus casas bueno en este caso, a su hotel o residencia, o hermandad.

Joel me invito a su casa, para ver unas películas juntos, a lo que dije que sí.

-Voy a extrañar esta casa, cuando tenga que ir a la universidad. –dijo, Joel cuando íbamos entrando-

-¿Por qué te vas a ir? –pregunte-

-Es que esta casa es de Lucas, y al venir a vivir Luciana aquí, con Cameron decidimos irnos para darles su espacio.

-¿Y vas a volver a la casa de tus padres? –pregunte-

-No, la universidad queda bastante lejos, supongo que me rentare un piso por ahí. –dijo-

No dije nada más, ambos subimos a su cuarto y empezamos a ver una película, no le estaba prestando atención.

-¿En qué piensas? –pregunto-

-En nada, solo olvídalo.

El me miro y se inclinó para estar más cerca.

-Oye sabes que puedes confiar en mí. ¿Verdad? –pregunto-

-Sí, es solo que no se si quiero hablar de esto, ahora.

-Está bien, cuando estés lista.

Sonreí y le di un beso, uno de esos que no puedes darte en público. Quería lograr demostrar todo lo que siento por el con ese beso, poco a poco fuimos subiendo la intensidad. Quería tomar la iniciativa, le quite su camiseta y el me miro. Sus pupilas estaban dilatadas y su respiración poco a poco se iba agitando.

-¿Estas segura Nita? -pregunto-

Asentí mirándolo a los ojos.

-Necesito que lo digas.

-Sí, estoy segura. –respondí-

Me miro y volvió a besarme, poco a poco fuimos despojándonos de nuestras prendas, que parecían ser un estorbo en este momento, sus manos recorrían todo mi cuerpo, cuando estaba lo suficientemente preparada, el cuidadosamente empezó con su trabajo, se sentía muy placentero y todo el tiempo me decía cosas hermosas en el oído.

-Te quiero Ana. –me dijo-

-Yo también, te quiero Joel.

Al terminar ambos, me recosté en su pecho, mientras el me hacía carisias en la espalda, se sentía bienmuy bien de hecho.

¿Amor De Meses? Where stories live. Discover now