Capitulo 22

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-No, gracias.

Fue la respuesta Checo he hizo un nuevo intento por irse. Pero Ocon no pareció escucharlo, y tampoco lo soltó.

-Estoy esperando a unos amigos. ¿No vienes con nosotros?

-No, no quiero.

-Será divertido. Están un poco locos... bueno, quizá muy locos, pero son divertidos.

-No, no quiero, ya te dije.

Esteban fingió no escucharlo una vez más y siguió insistiendo. Hasta que Checo se cansó de decir que no y agitó su brazo bruscamente. Esteban cedió, pero antes de que Checo se escabullera le sostuvo la muñeca para evitárselo.

-Espera, es víspera de Año nuevo, vamos a divertirnos. Solo por hoy...

- Ya te dije que no. ¡Cuántas veces tengo que decirlo! - Checo estaba al borde de la exasperación.

-Es que no sé qué me estás diciendo, no conozco en esa palabra. ¿Es español?

La acabas de decir - Checo contestó irritado -¡Suéltame ya! -

-¿Por qué no quieres venir? No está tu novio y no tiene porqué saberlo. Checo frunció el ceño, entendía lo que quería Ocon, conocía esas tácticas, porque él mismo las había aplicado más de una vez. Pero, en esa ocasión, la sensación que le provocaban no era agradable. -Sólo quiero librarme de ti, tengo cosas importantes que hacer, ¡suéltame, maldita sea! -

Ocon tuvo que soltarlo, si o si; algo o, más bien, alguien lo agarró de las solapas de su chaqueta y lo estampó contra la pared más cercana. Checo escuchó como el aire escapó de sus pulmones, y vio a Max manteniéndole quieto. Se veía más fuerte, toda su amabilidad estaba escondida en alguna parte. Pero lejos de sentirse asustado por esa violencia repentina, le pareció terriblemente sexy.

-Supongo que alguien debe enseñarte el significado de la palabra "no"-dijo Max con una voz bastante tranquila en comparación con su lenguaje corporal.

-¡No estoy manco!-le espetó Ocon, pero, evidentemente, lo había tomado por sorpresa; apenas estaba tomando aire y la sangre se le había drenado del rostro. Apretó las muñecas de Max con las manos y le miró sombríamente.

Efectivamente, no se veía como una persona indefensa, pero Max se veía realmente furioso.

-Ya me tienes harto-dijo éste último con esa inquietante voz grave y tranquila.

Checo tiró de la chaqueta de Max, no quería que peleara y se metiera en algún problema.

-Max -lo llamó. - Max... déjalo, anda...

Lentamente, Max cedió a la petición de Checo; soltó a Ocon, quien se acomodó la ropa chasqueando la lengua y se sacudió las mangas. Miró a Checo y se encogió de hombros. Reconocía que, tal vez, se había pasado de la raya.

-Bueno- Esteban desvió la vista de la pareja y decidió marcharse-, iré con mis amigos... si te aburres, estaremos en la fiesta del hotel. Ya sabes dónde encontrarme-se dirigió a Checo y le guiñó un ojo antes de dar media vuelta.

Max apretó lo puños y había hecho amago de seguir al impertinente muchacho, pero Checo le detuvo, sujetándole el brazo. Max no insistió en su impulso, para estar furioso y un tanto fuera de sí mismo, estaba siendo bastante sensato.

Max se calmó. Checo se llevó la mano al pecho, su corazón también había recibido su dosis de adrenalina. Dios, ante esa faceta del rubio, no sabía si sentirse asustado o excitado. Aunque su cuerpo sabía perfectamente hacia donde se inclinaba la balanza.

-Lo siento-dijo Max rompiendo el silencio. - No debí...

-No importa, estaba chingando mucho.

Max cabeceó y, una vez más, se quedaron en franco silencio. Checo tragó saliva. Ahora, la emoción era completamente diferente.

Thanks Santa Claus ( Chestappen)Where stories live. Discover now