Capitulo 4

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El vuelo transcurrió sin sobresaltos. Agotado por las emociones matutinas, Checo se quedó dormido nada más despegar. Despertó cunado los altavoces del avión anunciaban su aterrizaje y, también, la necesidad de ponerse los cinturones de seguridad. Para su sorpresa, pero no para la de Max, quien, dicho sea el paso, se limitó a sonreírle cálidamente; despertó con la mejilla apoyada en el brazo de éste. Se talló los ojos y murmuro un lo siento, que Max rechazó pellizcándole  muy suavemente la mejilla contraria. Para Checo, esa clase de caricias estaba lejos de su entendimiento, pero experimentaba tal sensación de confort, que no pudo más que devolverle una sonrisa ligeramente cohibida.

Tomaron un taxi desde el aeropuerto a la casa de Checo, no quiso avisar que había llegado y pedir que mandaran al chófer. Necesitaba un poco de tiempo para preparar a Max. Si fueran novios desde hace mucho tiempo, tal preparación se habrían dado paulatinamente, con el ritmo de las charlas casuales y más anécdotas compartidas. Claro que, Checo, no había tenido una relación lo suficientemente larga como algo así pasara, pero creía, por lo que había visto a su alrededor, que así era como sucedían las cosas.

-¿Sabes? - inició y ganó la atención que buscaba - Mi familia es... Un poco especial. Más bien, rara o, tal vez, es como todas las demás, pero para mi, ellos son raros.

Max lo miró divertido

-Lo que te quiero decir es que, es probable que te ataquen con preguntas

-Esta bien, Checo

-A mi me atacan cada vez que voy. Sólo que esta vez te llevare conmigo. Bueno, ellos saben que me gustan los chicos, claro - sintió que balbuceaba, así que respiró profundamente, para ver si así, podría ordenar sus pensamientos - Pero estoy seguro que no esperan a alguien como tu... Ni si quiera yo lo esperaba - añadió en voz un poco más baja, pero que llegó a oídos del rubio, el cual amplió su sonrisa - Entonces... Lo que te quiero decir es que, de antemano, te pido disculpas por...

-Está bien, Checo, no te preocupes por eso.

Checo iba a rebatirle, a insistir, incluso, estaba dispuesto a documentarle sobre los posibles asistentes a la fiesta de navidad en casa de sus padres, pero no pudo hacerlo ; sin que se diera cuenta, y  mientras hablaba, Max había tomado su mano y entrelazo sus dedos.

-Tu familia debe de ser genial. Si eres parte de ella, no puedo imaginar que sea de otra manera.

Checo no contestó, sus mirada estaba clavada en sus manos recién unidas. Sintió que el color carmesí se le subía al rostro ; y decidió callar y mirar por la ventana el paso de las calles. Más, no hizo nada para revertir el contacto con el otro. En realidad, se dio cuenta, no quería hacerlo.

Su casa, como imaginó, estaba llena de luces, que en la claridad del día no eran más que focos sin vida; Sin embargo, no estaba el trineo de Santa en el techo. Tal vez, se dijo, por fin, su padre había desistido de esa cosa. Miró su hogar con un suspiro, mientras Max terminaba de bajar las maletas del taxi y hacia señas porque no sabia hablar  Español, pero si lo entendía; el quería pagar el servicio, pero el chofer solo no entendía. Max saco un billete de 100 dólares y se lo dio para que ya se fuera, estaba seguro que había pagado mucho mas por el servicio, camino hasta Checo y le toco la espalda como apoyo, Checo apenas si fue consiente de esos sutiles movimientos en su espalda. Estaba nervioso.

-¿Listo? - le preguntó Max

Checo volteó a verlo, trago saliva. Odiaba esas reuniones, porque siempre se sentía solitario y un tanto menospreciado, además de ser molestado constantemente. Hasta los malditos niños solían molestarlo. Pero es navidad, no estaba sólo. Por ello, cuando asistió, lo hizo con una genuina sonrisa. Sujetó la maleta de Max, porque era la menos voluminosa (la dejo esté las suyas) y atravesó el camino de cuento hasta la entrada.

Thanks Santa Claus ( Chestappen)Where stories live. Discover now