Capitulo 21

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La mañana llegó gélida y desolada. Checo se incorporó del colchón con la sensación en el cuerpo de tener una fuerte resaca, aunque no recordaba haber tomado tanto como para ello. Sentía el interior de la boca pastosa, los párpados inflamados y una fuerte punzada en las sienes. También se sentía un poco descompuesto del estómago, quiso vomitar para aliviar el malestar, pero no pudo hacerlo. En cambio, se dio una larga ducha. Había tenido una muy mala noche, hace mucho los fantasmas no lo atormentaban.

Más fresco, volvió a la habitación, donde comprobó que Max no estaba, no había dormido ahí. Y una nueva y desagradable sensación le punzó el pecho. Sus pensamientos volaron. Se preguntó dónde había dormido, si estaba triste, o si simplemente se sentía aliviado de que todo eso hubiera terminado. Una parte de Checo pensaba que, Max era un muy buen actor y eso resumía todo. Las palabras, los besos, las caricias, los momentos de intimidad, todo, habían existido sólo porque sus amigos se lo habían pedido. Pero, otra parte suya le decía que algo así, esa manera en la que Max le sonreía y hablaba, esa manera de tocarlo, de besarlo, esa simple presencia suya que parecía hablar por él cuando éste no tenía palabras; no eran algo fácil de fingir.

Había pensado en ello toda la noche, una vez que el enojo inicial había comenzado a diluirse, pero no se sentía seguro de sus intuiciones. Cansado, se sentó en la cama con la toalla húmeda sobre la cabeza. ¿Debía hablar con él? ¿O simplemente hacer como si nada hubiera pasado?

-Ya sabía que todo eso de la Navidad no eran más que patrañas- suspiró y se dejó caer de espaldas al colchón. Estupideces para engañar incautos.

Siguió maldiciendo a la Navidad, y también hacia sus amigos, hasta medio día. Después, se vistió y pidió servicio a la habitación; comió algo, aunque desganadamente. Al terminar, permaneció en la cama, mirando el techo y dejando a sus pensamientos girar, hasta entrada la tarde.

Sería un fin de año de lo más deprimente, fue su último pensamiento, justo antes de que tocaran a su puerta. Un impulso, un latido en su corazón, un vacío en el estómago, un deseo que no quería hacer consciente, lo hizo levantarse de golpe y abrir la puerta como flash.

-Max...-pero se censuró a tiempo.

Frente a su puerta no estaba su novio, ¿o debía llamarlo ex novio? Para empezar, ¿había sido su novio?; sino Carola, Charles y su hermano Toño. Checo rodó lo ojos y se apoyó en la puerta.

-¿Qué quieren?-preguntó de golpe.

-Déjanos pasar-dijo Toño detrás de sus amigos.

Checo dudó por un segundo, pero después, con un nuevo mohín de fastidio, se hizo a un lado.

Carola fue quien habló en nombre de todos sus amigos y le pidió disculpas. Pero Checo no parecía interesado en ello, estaba más atento en lo que Charles estaba haciendo, quien había encontrado sobre el tocador el blog de dibujo de Max.

-Eso es de Max -le advirtió como quien, celosamente, guarda las cosas que le han sido confiadas.

-Lo sé- Charles arrastró el blog por la superficie del tocador.

Su acción puso nervioso a Checo, quien frunció el ceño y se acercó a el.

-No te lleves nada, si Max quiere algo que venga él por ello.

-Entonces, tendrías que salir del cuarto-dijo Charles sujetando el blog entre sus manos.

-¿Por qué carajos?

-Dijiste que no querías verlo a ver, la única manera de que eso suceda y pueda venir él, es que tú no estés-esa respuesta había provenido de Toño, y Checo lo miró herido.

Thanks Santa Claus ( Chestappen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora