Capitulo 19

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Checo despachó al empleado del hotel que había ido a encender por él la chimenea, le dio su propina y lo vio alejarse por el pasillo, apoyándose en el marco de la puerta. El empleado se detuvo en la esquina y le dio el paso a quién el pelinegro había estado esperando: Max.

Durante la cena, Charles y ese tal Carlos, lo habían separado de Max, sentándose entre ellos como un verdadero estorbo. El noviecito de Charles pronto encontró la manera de congeniar con Max y, literalmente, lo acaparó el resto de la noche. Checo no pudo escuchar nada de lo que hablaron gracias a su amigo monegasco, cuya platica no tenía fin. Las risas de los demás, tampoco ayudaron. Casi al final de la cena, la novia de Lance, Marilou, se anexo con naturalidad a la plática entre aquellos dos hombres. Charles seguía bebiendo, robándole besos a Carlos de vez en cuando, pero no lo distraía lo suficiente como para que éste soltara a Max y en cierto momento, también se unión al grupo, y le dio la espalda al pecoso.

Aquello era el colmo, pensó Checo. Era la primera vez que se sentía excluido de la vida Max. Y no le gustaba para nada. Casi al mismo tiempo, Fernando y su prometida se retiraron; y lo mismo hizo Toño, quien le había dado su brazo a Carola, para irse juntos; su hermano le dio una palmada en el hombro y bromeó diciéndole que los niños se iban a dormir temprano. Checo le había mostrado el dedo medio y, después, corrió a refugiarse en la compañía de Lance.

Lance, del otro lado de la mesa, observaba, acodado en ella y con cara de hastío, a su novia, la cual hablaba con entusiasmo, revoloteando alrededor de Max, tanto como Carlos y Charles. ¿Qué demonios tenía ese tipo que los atraía como moscas? ¿Y por qué Marilou lo había dejado, prácticamente, abandonado por él?

-llévate a tu novio-le espeto a Checo cuando lo tuvo al lado.

Checo bufo y miro al grupo ceñudo. Su cena se había arruinado por culpa de esos acaparadores. El tampoco estaba contento.

-¿De qué estarán hablando?-preguntó en cambio.

Lance se encogió de hombros.

-Yo qué sé, pero tengo sueño y no le veo ganas a Marilou de despegarse de él. Te dije que lo mantuvieras alejado de ella.

-No es mi culpa que aburras a tu novia.

-Podría decirte lo mismo, ¿sabes?

Claro que no. Es diferente. Max fue acaparado por esa bola de...

En ese momento, la mirada de Max encontró la Checo, le sonrió y se deslindó por un momento de la plática.

-¿Tienes sueño, Pecas?-preguntó.

El pelinegro sonrió de vuelta.

-Vamos a la cama, Max-fue su respuesta.

Checo se sintió orgulloso de provocar en los otros un sonrojo involuntario; y que se sintieran incómodos, por primera vez, de hacer mal tercio. Max se puso de pie y Checo también. Estaba contento de volver a ser el centro de atención del rubio. Pero, justo cuando estaban por irse, Charles se acercó a ellos y habló un poco en voz baja, dirigiéndose a Max.

-¿Podrías ayudarme?-le preguntó.

Checo frunció el ceño. ¿Qué no tenía al "todo genial Carlos"? ¿Para qué quería a Max?

-No quiero que Carlos sepa, ¿podrías?

Por un momento nadie se movió. Checo no entendía, no le gustaba, pero no tenía remedio. Soltó el brazo de Max y suspiró.

-Te veo en la habitación-le dijo como si nada, aunque por dentro estuviera que se lo llevaba la chingada.

Maldito Charles y su maldito novio, fue lo que pensó cuando entró a su cuarto y pateó los cojines del sofá al suelo. Y para acabarla de fregar, tenía frío. Por eso había llamado al servicio para que le encendieran la chimenea. En cuanto vio a Max doblar la esquina rumbo a su habitación, se metió en ella como un rayo, no iba a permitir que se diera cuenta de que estaba esperándolo.

Thanks Santa Claus ( Chestappen)Where stories live. Discover now