CAPITULO II. EL PASADO ES TINTA DEL FUTURO

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Minerva Arriola, era una joven de familia de clase muy acomodada y reconocida en la región, su padre el  Coronel Rolando y dueño de la prestigiosa Hacienda San José, ampliamente frecuentada por su producción de vinos. Minerva quedó huérfana a la edad de cinco años, ya que la madre, doña Leonor falleció a causa de una enfermedad desconocida, pero que las criadas de la hacienda mascullaban que el Coronel Rolando la había matado de tantos enojos por sus múltiples aventuras con las campesinas y mujerzuelas de los bares cercanos. 

Minerva fue criada a mano de hierro por su padre, hombre recio, dominante, pero que en el fondo de su corazón solamente deseaba cuidar a su única hija, fruto de su matrimonio con la mujer que para él era el amor de su vida, y que desde su muerte prometió hacer de su hija toda una dama y una mujer de bien, sin embargo el Coronel no conocía más forma de amar y educar que el de la fuerza y disciplina del ejército, así como el terrible fanatismo por la religión. 

En su infancia Minerva fue profundamente mimada, tratada como una muñeca de porcelana que no se podía tocar; recibía clases de latín, ciencias, urbanidad y buenos modales, y de forma no convencional equitación, vinos, uso de las armas, y religión, custodiada siempre por su Nana,  Doña Toyita, quien desde el nacimiento de Minerva se convirtió en la luz de sus ojos y con la muerte de su madre dedico cada día y noche a cuidar de la niña; en sus noches de insomnio el Coronel solía levantare y ver a la pequeña Minerva dormir, y pensaba para sí mismo, -un día serás la dueña de todo eso, mi única heredera, dominarás estas tierras como yo lo he hecho, te casarás con un hombre bueno, que te ame, y serás llamada la Señora, una dama, digna hija del Coronel, tal como se lo prometí a tu madre en su lecho de muerte. 

Los años pasan, la infancia queda atrás, y aunque los padres quisieran que sus pequeños nunca crecieran, un día tras una noche de sueño un padre ve que su niña ya es una señorita, la quinceañera más hermosa,  Minerva se convertía en la joven soltera codiciada y que como una joya debía cuidar muy bien a quien la debía entregar convenientemente.

Con el paso de la adolescencia, Minerva se volvió una joven rebelde, siempre renegaba de la educación que recibió de su padre, lloraba por la ausencia de su  madre quien quizá podría haberla comprendido.  Cada día que pasaba buscaba una forma de hacer enojar al Coronel, desde no vestir apropiadamente, faltar a sus clases por ir a nadar al rio, no asistir a la misa de domingo, y en el peor de los casos gritar a su padre que por su culpa su mamá estaba muerta y que el no la dominaría para siempre, insultos dolorosos que el padre siempre tragó en silencio, y que nunca respondió siquiera con un gesto de enojo, siempre se limitaba a tomar su puro entre los dedos, una copa de vino y sentarse en una fresca hamaca sin sollozar.

A los casi quince años, una joven que al final tenía muchas cosas para ser feliz, se había vuelto seca y amargada, cuyo único objetivo era el de hacer algo suficientemente malo para que su padre llorase lágrimas de sangre, como pago a lo que ella llamaba años de cárcel…  A pesar de los esfuerzos de su Nana por hacer de Minerva una joven noble y amorosa, ella de alguna manera traía en su corazón el germen del desprecio, rencor nato, y que si bien es cierto había sido criada duramente, en su padre nunca existió mala intensión solamente una promesa y los únicos métodos que él conocía para cuidar a una niña, con el  fin de hacer de ella una mujer culta, refinada, fuerte y que más tarde fuese su orgullo.

La vida nunca es fácil para nadie, y lo mejor que se puede hacer es tratar de ser feliz con lo mucho o poco bueno que la vida te va otorgando, sin embargo existen algunas almas que parecen ser el conjunto místico de un humano con el pincel demoniaco del mal, cuya procedencia no es heredada de los padres, ni inculcada en su educación, simplemente individuos que en su mirada se vislumbra a un ángel caído.

EL ALMA QUE ACOMPAÑA A LA MUERTEWhere stories live. Discover now