Te secaste las lágrimas, pero en ese momento sentiste como Bella bufaba en tu cabello a la vez que te abrazaba con su cola y frotaba su rostro contra tu cabeza tratando de darte ánimos.

—Ay, Bella... Seguro los decepcioné a todos ustedes

Tu amiga ronroneó suavemente colocándose frente a ti para poder verte a los ojos, aquella mirada dorada se posó sobre ti así que instintivamente la abrazaste con fuerza, tal vez demasiada pero la dragona no se quejó, solo ronroneaba pasando su cola por tu espalda como si tratara de consolarte.

Bella había estado calmando a todos los dragones asustados y había estado evitando que los bebés salieran del refugio. Nunca pensaste que ella terminaría calmando tu ataque de ansiedad.

Después del abrazo te limpiaste la cara y devolviste tu atención al colmillo afilado.

—No me importa, voy a hacerlo de todas formas... Todos ellos confían en mi... —dijiste con determinación acercándote rápidamente al riachuelos para limpiarte las manos, mojar un trapo y regresar con el colmillo afilado.

Primero que nada había que limpiar la herida infectada, luego reacomodar el hueso, cerrar la herida con puntadas e inmovilizar el ala.

Podías hacerlo? Quién sabe, tenías de otra? Definitivamente no.

Por desgracia, ese colmillo afilado fue tu primer deceso en los 4 años que llevabas tratando las heridas y enfermedades de los dragones.

Al darte cuenta de que el dragón había muerto al desangrarse, estuviste por desmayarte pero Bella te sostuvo con su cabeza para evitarlo.

En cuanto recuperaste el equilibrio y la orientación, tuviste que seguir ayudando a los pobres que cada vez llegaban más heridos... Por desgracia, ese no fue tu único deceso del día, sino que fácilmente se murieron otros 40 dragones sin que pudieras hacer mucho para evitarlo.

Pero ni siquiera tenías tiempo para llorar.

Para la mala suerte de todos, llegó un punto en que pasaron fácilmente 10 minutos sin que ningún dragón herido apareciera, así que aprovechaste ese momento para vomitar y luego dejarte caer al suelo recargandote de una roca.

Finalmente el estrés más la ansiedad te hicieron colapsar y terminaste mordiendote el brazo para gritar tranquilo sin preocuparte porque alguien te escuchara.

Aunque fue peor cuando los pocos dragones que quedaban en el refugio recuperándose de repente comenzaron a actuar como máquinas programadas y comenzaron a salirse a pesar de que se supone que no debían moverse. Era como si alguien más controlara sus mentes.

Eso definitivamente iba a costarles la vida a varios.

—¡NO!, ¿¡QUÉ HACEN!?, ¡REGRESEN!

Intentaste levantarte del suelo, pero inmediatamente volviste a caer.

Lo peor era que Bella también actuaba raro, pero no se había ido todavía.
En un pequeño momento de lucidez que tuvo, te tomó entre sus patas y te llevó volando a la cueva con piedras brillantes de antes, luego disparó plasma al techo para hacer colapsar una parte de este y tapar la entrada.

Ahí dentro no podían escuchar lo que pasaba en el exterior, eso te provocaba aún más estrés hasta que llegó un punto de ya no poder más.

Te sentaste en el suelo recargandote de la pared y tomando tu cabeza entre tus manos mientras llorabas, ya no sabías si por la culpa, si por el estrés o porque simplemente querías llorar y ya.
No solo eso, también temblabas demasiado, como si tuvieras demasiado frío.

Tus manos estaban más frías que el resto de tu cuerpo y tus piernas estaban adormecidas al igual que tus mejillas.
Estabas pálido y sentías que te ahogabas, ya no podías más.

Llegó un punto en dónde sin querer te arrancaste un par de mechones de cabello, así que procediste a arrancarte la piel de los labios y a morderte las uñas.

—Ya... Bella, mátame... Solo mátame y ya, por favor—rogaste ya sin tener control sobre tus palabras o pensamientos.

Cuando tus labios sangraban y ya no tenías más uñas que morder, tomaste la aguja con la que habías suturado heridas anteriormente para pasarla por tus muñecas en un intento de auto castigarte por no haber podido salvar a todos esos dragones, por tratar de sentir todo el dolor y agonía que ellos sintieron antes de morir.

Por suerte, Bella colocó su pata sobre tu mano para detenerte, así que soltaste la aguja y te llevaste una mano al rostro aún llorando.

—Estoy hecho un desastre... Me hubiera matado cuando tuve la oportunidad..

Bella se acercó a ti ronroneando suavemente para después separarte de la pared y acostarse atrás de ti para que te recargaras en ella.
Una vez que te tuvo recargado en ella, te rodeó con su cola y sus alas a la vez que pegaba sus apéndices a su cabeza para no escuchar o percibir nada que viniera del exterior de la cueva.

Te estaba abrazando... Y no iba a dejarte ir, ni siquiera por un alfa del que ni siquiera conocía su existencia.

Después de todo, eras su persona favorita... Y su especie de dragón no solo era sobre protectora con su persona favorita, sino que también le era leal hasta la muerte.

Si aquí adentro todo estaba hecho un caos, afuera era mucho pero... Pero ninguno de los dos podía saberlo ahora.

♡o。.(✿ฺ。✿ฺ)♡o。.(✿ฺ。✿ฺ)♡o。.(✿ฺ。✿ฺ)

[💎✨] Antes de que me regañen por lo de dejar a Bella con Rayito: está relacionado directamente a un trauma que yo como escritor tengo que les contaré al final del fanfic, así que porfa no me digan nada por no mandar a Bella con el otro alfa, créanme que hay una razón de ser para eso 😿

➴ Tenías que ser tú ➶Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz