Asteria creció escuchando como un día dos hijos de Adán y dos hijas de Eva llegarían para liberar Narnia de la dictadura de la Bruja Blanca, pero ella no esperaba que cuando eso ocurriera sería capaz de mover cielo, mar y tierra por proteger a uno d...
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Abro los ojos de golpe al escuchar un ruido y frunzo al ceño al ver a Peter desapareciendo entre los árboles mientras se cuelga su espada.
Me siento, haciendo con cuidado a un lado el brazo de Edmund que estaba en mi cintura. Susan y Trumpkin también siguen durmiendo, pero el lugar en donde estaba Lucy está vacío.
Oh no.
- Edmund, despierta – ordeno moviendo su brazo antes de ponerme de pie –. Susan, Trumpkin despierten.
Recojo mi espada y la cuelgo en mi cintura viendo como Susan abre los ojos con el ceño fruncido.
- ¿Qué ocurre?
- Lucy no está, creo que Peter fue tras ella – explico.
Recogemos nuestras cosas y vamos por el lugar en que Peter se fue minutos atrás.
- No pudo haber ido tan lejos – dice Edmund intentando disimular su preocupación por su hermana.
- ¡No peleen! – se escucha el grito de Lucy y nos miramos un momento antes de correr en su dirección.
Todos tenemos nuestras armas listas para atacar, pero me tranquilizo un poco al ver a Lucy de pie a algunos metros de nosotros. No se ve herida ni alterada.
- ¡Peter! – grita Susan cuando llegamos junto a ellos.
Mi corazón da un vuelco al ver lo que ocurre a su alrededor. Peter esta junto a un chico de cabello oscuro, que asumo es el Príncipe Caspian y a su alrededor hay decenas de narnianos armados listos para defenderse.
Los encontramos.
- El Gran Rey Peter – dice Caspian llamando nuestra atención.
- Nos llamaste ¿no es así?
- Si, pero... creí que eras mayor – ruedo los ojos ante el comentario.
No es como si no hubieran sido niños la primera vez que vencieron a la Bruja Blanca.
- Bueno, si quieres regresamos en unos años – casi río por las palabras de Peter, pero me contuve por la seriedad de la situación.
- ¡No! Entiendan, es que no son lo que yo imagine – dice Caspian paseando la mirada por nosotros, deteniéndose especialmente en Susan.
- Tampoco tú – dice Edmund mirando a un minotauro. Todos recordamos que los minotauros solían ser seguidores de la Bruja Blanca.
- Un enemigo común une a los más antiguos adversarios – dice un tejón.
- Esperábamos con ansias su regreso, mi señor – agrega un ratón llegando frente a Peter -, nuestros corazones y armas están a su servicio.
- ¿Ya lo vieron? Es tan tierno – murmura Lucy hacia mí y Susan en un susurro, a lo que no puedo evitar sonreír esperando una mala reacción del ratón.
