Asteria creció escuchando como un día dos hijos de Adán y dos hijas de Eva llegarían para liberar Narnia de la dictadura de la Bruja Blanca, pero ella no esperaba que cuando eso ocurriera sería capaz de mover cielo, mar y tierra por proteger a uno d...
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Nos detenemos frente a Aslan y el resto de soldados narnianos siguen avanzando para adentrarse en el campamento.
Siento las manos de Edmund abandonando mi cintura, para luego bajar del lomo de Oreius con lentitud. Le hago una señal de respeto a Aslan antes de mirar a Edmund, que levanta la mirada hacia mí al mismo tiempo.
Antes no me había dado tiempo de observarlo, pero ahora lo hago. Tiene el cabello oscuro como Susan, pero a diferencia de ella sus ojos son igual de oscuros que su cabello. Al igual que sus hermanos, tiene la piel pálida. Su rostro está salpicado de lindas pecas y tiene una nariz respingada y bonita.
Esta sucio y con claros rastros de maltrato. Tiene un moretón en la mejilla y un gran corte en el labio.
Y definitivamente no luce como un traidor.
- Gracias - dice, mirándome fijamente. Su mirada está llena de miedo y arrepentimiento.
Le sonrío, esperando que mi gesto lo tranquilice un poco antes de que Oreius comience a avanzar. Miro por sobre mi hombro, viendo como Aslan se acerca a un Edmund cabizbajo y avergonzado.
Oreius se detiene frente a la carpa de Peter, quien justo en ese momento sale de ella. Yo bajo del lomo de Oreius, mientras ellos intercambian una mirada. Oreius mira en dirección hacia Edmund y Aslan y puedo ver como la expresión de Peter cambia al ver a su hermano.
Oreius se aleja, mientras yo avanzo hacia el mayor de los Pevensie. Susan y Lucy también salen de nuestra carpa y ambas sonríen al ver lo que ocurre. Lucy es la primera en reaccionar y grita el nombre de su hermano dispuesta a correr hacia él, pero Peter la detiene.
Aslan y Edmund intercambian un par de palabras más, antes de que Edmund asienta y venga hacia sus hermanos.
Esa parece ser mi señal para retirarme.
Me adentro en mi carpa feliz de haber podido ayudar no solo a liberar a Edmund, sino a que los hermanos Pevensie por fin puedan reunirse.
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Luego de asearme y cambiarme de ropa, salgo de mi carpa. Me sorprendo al encontrarme directamente con Peter.
- Su Majestad... ¿puedo ayudarlo en algo? - pregunto algo dudosa.
- Salvaste a mi hermano y ayudaste a mis hermanas, creo que podemos dejar las formalidades de lado - dice, sacándome una pequeña sonrisa -. Solo quería darte las gracias.
- Solo hice lo que tenía que hacer - digo encogiéndome de hombros.
- Aun así, muchas gracias.
- ¡Asteria! - escucho la voz de Gaia llamándome y por el tono, estoy segura de que estoy en problemas.
- Será mejor que te deje - dice Peter y estoy a punto de rogarle que no se vaya, pero él da media vuelta y comienza a alejarse.
