Aike Gilbert, desde que entro a la familia de los Gilbert, fue muy desdichaba.
A una temprana edad empezó a entrenar para poder proteger a sus hermanos menores: Elena y Jeremy Gilbert.
~Elena Gilbert, una chica que solo con poner ojos de borrego y...
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Klaus le habia quitado la daga a su hermana, quien estaba tardando demasiado para el gusto del Mikaelson.
-Esta siendo dramática.- se quejo Klaus quien caminaba delante del ataud mientras que su compañera les estaba viendo sentada desde una gran caja de madera. Oreo estaba paseando por el lugar y el Salvatore estaba desesperado.
-¿Por qué no me dices qué demonios está pasando? Qiuero decir, obviamente me quieres aquí por una razón, ¿verdad?.- Stefan le dió una sonrisa amarga y el hibrido se detuvo para mirarle.
-Bueno, tiene muchos talentos útiles.
-¿Los tengo?.- Stefan solo sentia confusión, habia muchas preguntas y pocas respuestas.
El hibrido recosto su cadera donde estaba sentada su compañera-. De hecho aprendí algunos de mis trucos favoritos de ti.
Y se hundio en otro de sus recuerdos haciendo que la cabeza de la pelinegra se recostaba en el hombro del original.
Aike estaba en su mundo hasta que Klaus se quito con cuidado para ir hacia un hombre de seguridad.
-Cuando se despierte dile que se reúna con nosotros en el bar de Gloria. Luego, ofrecele tu arteria carótida y deja que se alimente hasta que mueras.- obligo el hombre para mirar a sus acompañantes-. Nos vamos a un sitio.
-Paso, prefiero ofrecerle mi carótida a tu hermanita que seguiros escuchando guerrillas o como discutis.- se nego la pelinegra sacando su cuaderno de dibujo y tumbarse en la gran caja.
-Ten cuidado y ni se te ocurra hacerlo.- ordenó Klaus haciendo que la fémina rodase los ojos, el hibrido queria besarla como despedida, pero se aguanto las ganas.
No queria que ella le eligiera a él por simplemente ser su compañero de vida.
-Adios chicos...- los chicos se fueron alojaron pero escucharon el susurro de la pelinegra-: Menos mal, un rato libre de hombr
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