- Creo en ella y en su amor por mí, Mateo. - Respondió la rubia a su amigo y luego mirando a su hermana limpiándose las lágrimas.

En ese momento y haciéndolas volver a la realidad, sonó el timbre de la puerta dejando a todos confusos  para luego ir María al salón para ver quién era.

  - Nacho..., ¿Qué haces aquí? - Preguntó María al encontrarse al detective frente a ella.

  - ¿Está tu hermana contigo? - Preguntó sin mirarla mucho a la cara.

  - ¿Nacho? - Preguntó Luisita saliendo de su dormitorio en mal estado.

  - ¡Tú tuviste la culpa de la desaparición de Amelia, nunca creíste en ella, siempre la trataste como una ladrona! - Luisita le gritaba en su cara al detective.

  - Luisita cálmate, no es como piensas. - Respondió Nacho.

  - Claro, siempre la juzgaste por sus antecedentes y porque fue a la cárcel, nada más.

  - ¡No es así, déjame explicarte! - Le contestó agarrándole las manos para que parara de hablar.

  - Encontramos pruebas en su casa que la culpan en varios robos. - Soltó de repente el detective dejando confusa a la abogada.

  - Eso no es verdad, puede ser todo una trampa, Amelia va a venir a buscarme para explicármelo todo. - Decía Luisita negando con la cabeza dudando de lo que estaba escuchando.

El detective esquivaba la mirada porque sabía que las palabras que tenía que decirle a la rubia iban a dolerle pero era un hecho que había pasado y tenía que saberlo.

  - Luisita, hubo una persecución bastante fuerte... Amelia intentó escapar en una motocicleta y... - Explicaba el detective.

  - ¿Y? - Preguntó Luisita impaciente.

  - Y...los detectives que iban siguiéndola le pegaron un tiro, luego cayó al mar desde bastante altura, creemos que está muerta.- Finalmente le contó todo lo ocurrido.

  - No..., no, no puede ser... - Luisita caminaba hacia atrás buscando un apoyo para no caerse al suelo.

  - ¿Luisita estás bien? - Preguntaba María que la abrazó por la espalda para que no se cayera.

  - María eso es mentira, Amelia no está muerta, no, no, no está muerta. - La abogada lloraba en brazos de su hermana.

  - Luisi ven, tranquila. - Mateo la separó de su hermana para llevársela de nuevo a su dormitorio.

  - ¡Detective! Creo que este no es el mejor momento para hablar de Amelia Ledesma, cuando Luisita se encuentre mejor podrá hacerle las preguntas que quiera. - El abogado intentaba ayudar a su amiga para que estuviera más tranquila.

  - Está bien, entiendo. En unos días vendré por aquí para tomar su declaración, créame que todo lo que sepa Luisita de Amelia es importante para la investigación. - Respondió el detective dándose la vuelta para marcharse.

  - Cuente con eso, buenas noches. - Se despidieron para marcharse a la habitación.

  - Adiós.

  - ¡Nacho espera! - María paró con el brazo al detective.

  - María tengo que irme. - Respondió el moreno un poco distante.

  - ¿Por qué me tratas así? Tenemos que hablar Nacho, por favor.

  - Es mejor dejar las cosas así, ésta relación en un futuro no iba a ningún lugar.

  - ¡Pero yo necesito explicarte cómo fueron las cosas! - Decía María desesperada porque la escuchara.

Lo que en ti veoWhere stories live. Discover now