Maegor is back

chapter IV

Rhaenyra era débil, lo sabía. Pero, era aún más vulnerable cuando se trataba de Maegor y Daemon. Le gustaba ser consentida por Daemon, pero tenía que admitir que su hermano capturaba más su atención.

Daemon era... pasado de época, como diría Laena; los regalos de su tío eran anticuados, deseaba que fueran de otro tipo. Monturas para Syrax, equipo de montura o algo así. No vestidos, vestidos, joyas y más vestidos.

Sus pensamientos cambian cuando la figura de Maegor entra en su campo de visión, camina un poco más rápido, queriendo llegar a él con apuro. Sonríe cuando él la toma por los hombros, acercándola a él de manera torpe.

"Fui brusco, quizá", muy brusco, "pero debes entender, Rhaenyra, que eres una Targaryen y él un simple escudo jurado." Rhaenyra no presta atención, mirando el bonito diseño de la vestimenta de Maegor. Sus mejillas se sonrojan cuando él la toma por el mentón. "Procura mirarme cuando yo te hablo", ordena, su voz es susurrante y ella se siente peligrosamente atraída.

Pensándolo bien, quizá era débil solo ante Maegor. Con Daemon ponía límites, límites que si su tío se atrevía a cruzar a ella no le importaría manchar su imagen, con Maegor, al contrario, esos límites no existían. Al menos no por su lado, pero parecía que el príncipe sí tenía.

"Procura hacer caso y todo va a arreglarse", vuelve a susurrar él, su mirada intensa sobre los ojos de cervatillo de ella. "Yo sé que tú eres muy inteligente, hagamos las paces, no seas tan corriente."

Ella esboza una risita ante la última palabra. "Mamá tenía razón", murmura ella, sin dejar de mirarlo, incluso cuando su cuello comenzaba a doler un poco.

Maegor no pregunta; cualquier cosa que haya dicho su madre, confía en que es favorecedora para él. Suelta el mentón de su hermana, dando una breve mirada por el pasillo para asegurarse de que su acto impulsivo no fuera visto por nadie. Debía mantener la reputación de Rhaenyra impecable.

Ofrece su brazo, dando una última mirada a los grandes ojos de la menor. Ella acepta gustosa, caminando a la par hacia donde se suponía que sus dragones ya estaban ensillados. Daemon, oculto junto a la verdecita, había observado todo. Deja un par de palmadas en el muslo de la Hightower; la excitación se había evaporado.

"¿Te veré luego?" Pregunta Alicent, sus pequeños rizos pelirrojos caen sobre su rostro, acomoda de forma cuidadosa su vestido.

"Quizá", es la tosca respuesta de Daemon, que simplemente se aleja antes de que la jovencita diga algo más.

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La tarde de ambos hermanos se pasó entre vuelos y un trato especialmente amable por parte de Maegor. Rhaenyra sabía que eso era porque su hermano no quería disculparse de forma directa, seguramente manteniendo su postura de que él tenía la razón.

La cena se torna tensa cuando Daemon dice palabras muy específicas hacia Laena. La joven de quince onomásticos no hace más que mostrarse incómoda, aunque algo sonrojada, lanzando varias miradas hacia sus primos. Maegor, dispuesto a incomodar al mismo nivel a Daemon, toma la palabra.