chapter I

3.6K 320 63
                                    

Los dioses eran extraños y asquerosamente crueles; siente cómo su cuerpo infantil no le ha dejado un solo recuerdo de sus glorias pasadas.

"Un niño, su alteza", escucha la irritante voz del maestre y solo puede llorar, ¡qué horror!

Alza la mirada, quizá podría disfrutar antes de ejecutar su plan para rescatar a la casa Targaryen antes de que caiga a la miseria. Su entrecejo infantil mira a su madre, era una maldita niña. ¡Una niña!

"Oh, mi dulce niño", susurra su nueva madre. Dioses, era todo lo contrario a lo que su madre Visenya fue, tan frágil y dócil. "Maegor", su mirada se intensifica. ¿Tal era su suerte que ahora sería llamado Maegor por segunda vez?

"Aemma, mi vida", ve cómo su nuevo padre entra. Su limitado movimiento por su cuerpo infantil solo hace que se inquiete cuando aquel hombre lo alza en sus brazos, mirándolo con orgullo. "Te llamarás Baelon..."

No, la niña, su madre, había dicho que se llamaría Maegor. Comienza con un llanto desesperado, queriendo volver a los brazos de la mocosa. Quizá, ser un bebé era peor de lo que pensó.

"No, Viserys", con que Viserys, eh piensa Maegor, terminando su llanto cuando es puesto en los brazos de Aemma. "Estuve horas dando a luz, ¡soy una niña, Viserys! Y tú no has hecho nada más que organizar celebraciones estúpidas. Tú y tu abuelo solo saben festejar" Su madre endereza su postura, pareciendo una Targaryen recién forjada.

"Pero, Aemma, es tradición que..."

"¡Tradición mis seis damas de honor!" La consorte bufa, levantándose de manera bruta de la cama, cargando a su recién nacido con bastante firmeza. "Acéptalo, Viserys, lo único que aportaste fue la semilla. ¿No pariste? No opines." Aemma endurece su mirada, nunca se había comportado así con su primo pero, era joven y había estado cerca de morir, no permitiría que su esposo eligiese el nombre de su hijo. "Se llamará Maegor, segundo del nombre, de la Casa Targaryen. Y no es una sugerencia."

Ciertamente, Maegor se siente orgulloso de su nueva madre. Renacer era una experiencia desagradable pero, sin lugar a duda, disfrutaría ser un niño de mamá en esta nueva vida. Más tarde se preocuparía por el linaje Targaryen.

"Mae... ¿Maegor? ¿Estás segura, querida? Ya sabes lo que se cuenta de él..."

"Me importa seis ciervos lo que se cuente. Maegor Targaryen es la única persona que parece preocuparse por algo más que no sea la fe ¡o complacer a su consejero, como otros!"

Esa madrugada, con una gran lluvia y rugidos imponentes del dragón del príncipe Baelon, nació el nuevo principe. Maegor de la Casa Targaryen, segundo del nombre y, gracias a una broma de los dioses, el mismo Maegor El Cruel reencarnado. Ese tercer día de la décima luna del año noventa y cinco el rumbo de la casa Targaryen cambio.

Los festejos no se hicieron esperar una vez que los maestres, casi dos lunas después, autorizaran que la consorte y el príncipe pudieran unirse a los festejos, y los nobles ambiciosos no tardaron en ofrecer a sus hijas como un futuro partido. Aemma, la dulce consorte del próximo heredero, vestía con orgullo los colores de la casa Arryn y se había encargado de que su pequeño hijo vistiera a juego.

"Un niño, Aemma", dice Daemon, acariciando las mejillas regordetas del niño. Maegor frunce su ceño y se apega más al cuerpo de su madre. "Felicidades por tu pequeño guerrero."

"Gracias, Daemon", Aemma sonríe, jugando con los mechones de su hijo, y Maegor juguetea con los dedos de su madre.

---

Los dioses lo estaban castigando aún más, o eso es lo que piensa Maegor mientras mira a su madre acariciar su vientre. Odiaba a Viserys tanto como odiaba a Aegon; eso era algo claro. Dos, tres... quizá seis embarazos. Deseaba tanto proteger a su madre del horrible señor que decía ser su padre y solo obligaba a su madre a engendrar hijos.

Maegor is back Donde viven las historias. Descúbrelo ahora