Capítulo 5

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Narrador omnisciente

[Antes]

Un pequeño JungKook de cinco años se encontraba en su casa junto a su adorada madre. 

El niño de cabellos negros y ojos grandes se hubicaba justamente sentado en la silla, con su cuaderno de dibujos sobre la precaria mesa de madera pintando lo que parecía ser un dinosaurio.

La mayor trabajando arduamente en la cocina para hacerle un buen almuerzo a su esposo. No quería que vuelva del "trabajo" y comience a quejarse, dando paso luego a peleas que siempre debía presenciar su pequeño.

No quería sumarle otro trauma más a su JungKookie.

Puso las verduras a hervir, las dejó en fuego mínimo, y en otra de las hornallas dejó la carne cociendose, pero a fuego moderado. Acto seguido salió de la cocina y se acercó a su hijo para observar que estaba haciendo. 

-Cariño, ese es un dibujo muy hermoso- Halagó la mujer sonriendo, pero no pudo evitar realizar una mueca, ya que la mandíbula le dolía bastante por haber sido golpeada por su esposo hace unas noches atrás.

El niño dejó el crayón sobre la madera y alzó los hombros mientras miraba algo apenado la hoja -Papá dice que los maricas dibujan...- 

Su madre suspiró pesado, eso era otra cosa que debía aguantar JungKook, los insultos y malos tratos con respecto a la sexualidad.

A ella le parecía algo extremo la forma en la que su marido hacía hincapié en que su hijo no haga o diga "cosas de marica".

La mujer lo tomó suave de las mejillas para obligarle a que lo mire - Escucha cariño, tú tienes un don y eres capaz de hacer lo que quieras. No dejes que alguien te desmotive nunca...- 

La castaña no quería entrar en detalle con respecto a la palabra "marica", porque si su esposo justamente la escuchaba se vendrían problemas mucho más graves.

JungKook entendió lo que le quiso transmitir su progenitora y se lanzó a sus brazos para comenzar un tierno y cálido abrazo.

Pero el cariñoso momento terminó cuando de un segundo a otro comenzó a notarse un humo proveniente de la cocina. 

La mujer se alejó, totalmente exaltada y asustada, de su hijo y corrió hacía dicho lugar. Cuando llegó allí notó que la carne se había quemado, al igual que parte de la sartén. La tomó del mango y llevó debajo del agua con intenciones de que se apague, pero ocasionando lo contrario. Pues el aceite hirviendo saltó en forma de chispas rojas hacía todos lados, y una de ellas empezando un fuego en la cortina que cubría la diminuta ventana que daba al patio trasero.

La desesperación creció, el humo le nublaba la vista y toda la situación no le dejaba pensar claramente. Si no hacía algo con urgencia la casa se prendería fuego en un abrir y cerrar de ojos, pues era de materiales bastante flamables, pero no podían quejarse mucho ya que eran dadas por el gobierno para la gente de bajos recursos.

-Mami, el extintor- Exclamó el pequeño Koo desde la puerta, señalando la puerta que daba al patio. El niño sabía que allí fuera se encontraba dicho objeto, su padre lo había robado del edificio anterior dónde vivían.

JungKook tosió fuerte y eso le hizo reaccionar. 

-Espera en el jardín, yo me ocuparé de ésto - Ordenó, el pelienegro cumplió con la orden ya que sabía que debía hacerle caso siempre. La mujer corrió hacía afuera y buscó el extintor de incendios, lo encontró y volvió para apagar el desastre.

Agradeció que las llamas no alcanzaron el tanque de gas, de otra forma hubiese sido una tragedia.

Cayó al suelo y comenzó a llorar desconsolada, su marido iba a asesinarla por haber prendido fuego la cocina.

GLITTER BOY [KOOKV]Where stories live. Discover now