Capítulo 07

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Dos años atrás

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Dos años atrás.

Taylor:

Otto estaciona la camioneta frente a la Dirección General de Justicia Militar. Él lleva el traje azul marino de manga corta y su insignia sobre el su pecho izquierdo.

—Sabes que la prisión no es lo que nos enseñan.

—Eso ya lo sé, Otto.

—¿Por qué lo hiciste? —se gira sobre el asiento y lo mira con la frente arrugada. —No lo entiendo, tú... Tenías un ultimátum de parte de tu padre, pero esto, esto es absurdo.

El corazón de Taylor late con fuerza sobre su pecho, como si quisiera salir de su cuerpo, él tampoco lo sabía.

El amor demandaba sentirse, pero en el proceso de sentirlo te puede llevar en un viaje que te arrastra hasta que lo entregas todo sin darte cuenta y si no sabes frenar puede tener dos caminos: uno donde todo sale todo bien o no...

—Lo quería conmigo. —suelta un suspiro que le asfixia los pulmones. —¿Sabes lo que es estar enamorado?

—Sí. —el cinturón del alfa desaparece. —Taylor, yo jamás obligaría a alguien a estar a mi lado.

—Por eso lo deje irse.

—Un poco tarde, ¿No lo crees?

Sus pensamientos se envuelven en incertidumbre, porque no sabe qué tan a tiempo lo dejo irse y ni siquiera tiene claro si fue lo mejor o no.

El exterior se hace presente de golpe, con el canto de los pájaros y el ruido excesivo de automóviles en la ciudad, hay algunos claxons de fondo y ve hacia la ventana.

Ahora entendía a la perfección el día que Nick le hablo sobre el exterior, era como si todo se hubiera detenido.

Una parte de él se fue con Nick y otra se quedó en Castrum, no está seguro de volver a recuperar algo de eso.

Se baja de la camioneta y todo el peso cae sobre él, aumenta en cada paso que da y cuando atraviesa las grandes puertas sabe que no hay vuelta atrás.

Cuando lo sitúan en su lugar y Otto se queda entre los espectadores. Todas las miradas están puestas sobre él y tiene que tragar saliva para no bajar la cabeza.

Estaba ahí porque su propia desición. No era un sacrificio, era una prueba de amor que nadie le había pedido, que sabía perfectamente que Nick no necesitaba.

No tenía idea de cómo funcionaba el amor, tampoco las almas gemelas, pero sobre todo no sabía cómo su especie encontraba a su mate, pero había algo de lo que sí tenía conocimiento y era el hecho de que durante toda su vida su lobo estuvo quieto, dormido y cuando vio a Nick algo despertó.

De niño no fue alguien que creyera en la magia, porque es difícil para alguien con padres demasiado realistas y estrictos tener conocimientos más allá de lo que sus ojos pueden ver. Pero Nick, el tenía magia, era como si al sonreír el mundo brillará y todo lo malo que lo rodeara desapareciera.

Maktub •Taynic Galikhar•Where stories live. Discover now